El sospechoso actuaba durante el día y, si era sorprendido por los residentes, fingía estar desorientado y pedía un vaso de agua para reducir la desconfianza. Aprovechaba la situación para robar bolsos, carteras o mochilas y hacerse con dinero en efectivo y tarjetas con las que después realizaba pagos en distintos establecimientos.
El Consell reafirma su compromiso con Sant Joan con inversiones como el futuro soterramiento del paso peatonal de la rotonda de Gibeller o la gestión por parte de la Generalitat del Centro Doctor Esquerdo de salud mental