El Gasparot no puede esperar

El Articulo de Opinión de Andreu Verdú Reos habla de un centro escolar que lleva años entre barracones y que parece que seguirá unos cuantos años más así

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Gasparot Diario de Alicante
Ayuntamiento de Vila Joiosa

El otro día un padre de uno de los alumnos del CEIP Gasparot escribía en una de las redes sociales que “hoy celebramos la Fiesta del X Aniversario del Colegio de mis hijos. Para ellos inocentes, un día de celebración, para mí una absoluta vergüenza, 10 años en barracones”. Suscribo esta afirmación, sí, es una vergüenza. Y afirmo más, nuestro CEIP Gasparot no puede esperar. Desde que asumí la responsabilidad del cargo de alcalde de la Vila Joiosa he hecho todo lo que desde la Conselleria de Educación se me ha pedido y exigido para acabar con los barracones que soportamos desde hace décadas en los diferentes centros escolares de mi ciudad. Tres años después, la realidad que no podemos negar es que no se ha puesto ni una piedra para paliar esta situación. En ninguno de ellos. No, no quiero decir que todo sigue igual porque hemos ido superando los pasos administrativos para pasar de las promesas a los hechos. Pero la realidad que se ve en la calle, es que nada ha cambiado. Y no los puedo culpar, llevan demasiados años escuchando promesas, incluso mentiras desde 2007. En el caso del Gasparot fue mi gobierno municipal el que en 2016 logró la cesión de los terrenos a la Conselleria para que construyera este colegio que se creó ya en 2007 en barracones. Se tardó 9 años en dar este paso fundamental para la construcción de las nuevas instalaciones. La Conselleria respondió de inmediato aceptando el suelo cedido y comprometiéndose a acometer las obras. A partir de ahí, una y otra vez – por diversas razones – los plazos para licitar la obra y poder comenzar la tan ansiada construcción se han ido retrasando sistemáticamente. Entiendo bien que la Conselleria sufre los efectos colaterales de los 20 años del Gobierno de PP, la falta de personal suficiente que imponen las medidas del gobierno de Mariano Rajoy; el gran agujero de porquería y corrupción que supuso CIEGSA; los más de 40.000 millones de deuda que soporta la Generalitat; la raquítica financiación autonómica que sufre la Comunidad Valenciana…, y tantos y tantos obstáculos. Pero hoy, en la recta final de la legislatura, si entiendo algo es a los padres que reclaman con urgencia que se cumpla con las promesas dadas. Es con los padres y madres con quienes tengo que cerrar filas, sin pensar ni medir quiénes son, a quién votan, han votado o votarán. Me siento servidor público y como tal, desde mi actual cargo de alcalde, tengo que gritar alto y claro que el Gasparot no puede esperar. Hemos asumido con ilusión el Plan Edificant para los centros Doctor Esquerdo y Marcos Zaragoza. El Gasparot, convencidos de que iba más adelantado no lo incluimos en este proyecto de la Conselleria. Pido desde estas líneas que se acelere el proyecto, que se licite con urgencia, y que demostremos todos que los compromisos no son meros eslóganes ni consignas para generar titulares. Si no convicciones profundas que demuestran que la política está para crear realidades y no sólo ilusiones. Sí, sé muy bien que algunos me catalogarán de desleal, o de cosas peores por estas líneas. No es así, la lealtad al trabajo arduo, complicado, de miles de horas, de noches de desvelos, de piruetas políticas imposibles, de todo lo que hacen los trabajadores y cargos públicos de la Conselleria de Educación pasa por reconocerles su sacrificio por solventar una situación heredada endiablada. Pero también pasa por apuntar a decir las carencias que mi pueblo sufre, padece y llora. Pasa por demostrar que decir la verdad no puede ser deslealtad, pasa por estar al lado de los padres y madres, de las niñas y niños, que sufren unas instalaciones que no merecen. Y que no merecen desde hace 10 años. Sí, hemos avanzado puesto que el PP lo dejó en barbecho, sin dar paso alguno para resolver esta situación. Pero para la Vila no es suficiente echar culpas a otros, recriminar a terceros. Yo, mi partido, los hombres y mujeres de izquierdas de La Vila estamos convencidos de que nos debemos al pueblo, somos pueblo, y queremos seguir luchando por el futuro de mi ciudad. De este paciente pueblo. Y a nadie puedo ofender si digo, con toda la razón del mundo, que el Gasparot no puede esperar. Y sus niños y niñas tampoco.