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sábado, 20 abril 2024

Los funcionarios de la cárcel de Villena denuncian su peligrosa situación

Ayer en una pelea un preso pego una paliza a tres funcionarios que tuvieron que ser trasladados al hospital

La asociación mayoritaria de trabajadores penitenciarios “Tu Abandono Me Puede Matar” – TAMPM, informa que nuevamente se han producido graves altercados en la prisión alicantina de Villena. El lunes 16 de agosto los trabajadores del Centro Penitenciario han vuelto a sufrir violentos ataques contra los trabajadores por parte de algunos de los internos más conflictivos y peligrosos del departamento de aislamiento, donde cumplen condena las personas más peligrosas y que son incapaces de convivir con otros presos.

Pelea por la zona de llamadas

A las 12 del medio día, un interno que estaba realizando una llamada de teléfono, fue reprendido en varias ocasiones por un Jefe de Servicios ahí presente para que no fumase en esa zona, pues era un espacio cerrado y estaba prohibido fumar. La reacción de este recluso fue inesperada y de manera impulsiva lanza el teléfono de la cabina al Jefe de Servicios y se encara a él amenazando y gritando “voy a hacer lo que me salga de los cojones, os voy a partir por la mitad, maricones de mierda” “ya he matado a un funcionario y me da igual matar a otro”.

Cuando los funcionarios se aproximan a él para tranquilizarlo, este cole una silla de plástico que la Dirección del Centro les coloca para que estén cómodos realizando la llamada y les golpea con la silla en la cabeza a los dos Jefes de Servicio que en ese momento intentaban dialogar con él. La silla con la que arremetió en la cabeza a los funcionarios impactó por suerte en los brazos al cubrirse estos y quedó hecha añicos por la virulencia de los golpes que les daba. Como consecuencia de estos golpes, los funcionarios acabaron con poli-traumatismos en los antebrazos y un jefe con un corte en un dedo, por lo que tuvieron que ser asistidos en la enfermería del Centro. Desde la Asociación se ha solicitado al Director, que habilite cabinas de teléfono en cada galería de aislamiento, para evitar episodios como los sufridos ayer. De esta manera los internos más peligrosos no deambulan por las instalaciones y se pueden controlar mejor y sobre todo sin poner en riesgo la vida de otros internos o de los propios funcionarios. Pero el Director hace caso omiso a esta recomendación y expone a los trabajadores a situaciones que ponen en serio riesgo la integridad física de los trabajadores, sobre los que tiene la obligación legal de velar por su salud.

Tres funcionarios acaban en el hospital

Ya por la tarde, a las 18 horas, en el mismo departamento de aislamiento, nuevamente los funcionarios tuvieron que vivir otra situación violenta contra su persona al trasladar a un interno que regresaba a su celda tras su paseo por el patio. En esta ocasión un interno Magrebí de unos 30 años, que ha protagonizado numerosos altercados y agresiones a otros internos y a funcionarios, aprovecha que se queda junto a los funcionarios en un rastrillo a la espera de la apertura del siguiente y le escupe en la cara a uno de los Funcionarios, después ya con el rastrillo abierto, se va a su celda, coge una escoba con la que ataca a los funcionarios a quienes muele a palos, patadas y puñetazos. Como resultado, acaban tres funcionarios en el hospital con lesiones diversas en ojo, frente, pómulos y antebrazos al intentar protegerse de los golpes.

Desde la Asociación reclaman medios de protección para proteger a los trabajadores de este tipo de reclusos tan violentos e impulsivos. En la actualidad un Funcionario de prisiones porta como único objeto de protección y defensa, un bolígrafo y un Walkie-Talkie, que muchas veces ni funciona, además de usar un vestuario más acorde a un conserje de edificio que Funcionario de Prisiones.

Un preso prende fuego a su celda de aislamiento

Pero como no hay dos sin tres, por la noche, cuando el número de efectivos es más reducido, un interno de nacionalidad rumana, también especialmente violento, prende fuego en su celda de aislamiento, usando el colchón y mantas, además de haberse tragado cuatro cuchillas que tenía en su poder y que podía haberlas utilizado para atacar a los funcionarios que fueron a sofocar el incendio. El único motivo de los destrozos en la celda y de la ingesta de las cuchillas, no era otro que salir a darse una vuelta al hospital para ver a las enfermeras, como así contó a los funcionarios. Algo que consiguió, ya que en estos casos, cuando hay ingesta de objetos que pueden causar daños internos, se producen salidas al hospital para intentar extraerlos, con el consiguiente peligro para los miembros de la guardia civil y para los trabajadores del hospital, al tener que tratar con reclusos tan conflictivos y en las condiciones que salen, ya que en muchas ocasiones, aprovechan estas salidas para intentar fugas o secuestros.