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domingo, 3 diciembre 2023

Weitec aplica sensores y drones para rentabilizar la actividad agrícola

La startup oriolana también instala plantas fotovoltaicas flotantes en balsas de riego que permiten ahorrar evitando la evaporación del agua y la proliferación de algas.

Weitec, con sede en la partida de La Matanza (Orihuela), se creó en julio de 2021 para dar respuesta a la necesidad de incrementar la rentabilidad de las explotaciones agrícolas.

Al frente está Mario Quesada, arquitecto técnico de profesión y nueva generación familiar vinculada a la agricultura. Cuando él y su cuñado empezaron a participar en la toma de decisiones en las respectivas explotaciones de sus familias “veíamos como año tras año los beneficios familiares eran menores y estudiamos opciones para mejorar la rentabilidad”, asegura.

En su análisis detectaron que no podían incidir ni en el precio al que vendían, ni en el de los productos que compraban, al no obtener grandes descuentos por comprar al por menor. “Vemos que realmente el beneficio para nosotros puede surgir en la optimización de los recursos, reduciendo los costes de compra de agua, productos fitosanitarios, mano de obra o mantenimiento de los campos”, explica este emprendedor.

Tras realizar un mínimo producto viable de la empresa y probarlo entre familiares y conocidos dan con las barreras de entrada y las expectativas, y “vemos que hay mercado y que no hay competencia”, afirma.

Con este conocimiento y facilidad para acceder al cliente Weitec desarrolla dos líneas de producto: por un lado, instalaciones fotovoltaicas flotantes que se instalan en las balsas de riego, y, por otro lado, agrotecnología para la gestión de cultivos con sensores, drones, imágenes por satélite, y software. Su ámbito de actuación es provincia de Alicante y Región de Murcia, aunque muchos clientes tienen plantaciones en otras zonas de España.

Las instalaciones fotovoltaicas van al cliente final: el agricultor tradicional que busca reducir costes de producción y tener energía eléctrica más económica. Un 90% de las balsas de riego de España se encuentran en las provincias de Alicante, Murcia y Almería y con este sistema, que no ocupa tierra de cultivo, se evita que el 80% del agua se evapore si se cubre por completo. En dinero son “1200 euros al año de ahorro en compra de agua para una balsa de 2500 metros cuadrados”, explica. También evita la luz solar y la proliferación de algas y bacterias con el consiguiente ahorro en fitosanitarios. Sus instalaciones suelen tener entre 100 y 250 metros cuadrados para proporcionar la energía suficiente y su servicio incluye la gestión de subvenciones.

Agrotecnología de precisión

Su segundo producto, el agrotecnológico, se dirige a empresas que se dedican al asesoramiento técnico de empresas agrícolas – sobre todo ingeniería agrícola- ya que optimiza el tiempo y el control de los campos. “Hemos conseguido que la instalación sea rentable a partir de las 3 hectáreas – el 70% de su cliente potencial tiene esa superficie de cultivo- con una inversión media de 200 o 250 euros por hectárea al año”, dice Mario Quedada. Esta cifra desciende hasta los 50 euros anuales en explotaciones de unas 50 hectáreas. “Depende del tipo de servicio que requieran – rotura hídrica, control de plagas en hortícola o activación de raíz-, cantidad de sensores o vuelos que necesiten”, aclara.

A diferencia de otros sistemas, el software “no requiere una formación específica” y es “como un Google Maps y vas activando capas con la información que te interesa”, explica Mario Quesada.

Como ventajas señala que produce “un ahorro en la gestión del agua, en el uso de productos fitosanitarios y tratamientos, y el ahorro de mano de obra”, y que el presupuesto y servicio “se adapta a la explotación” y “al sistema de recogida de datos que tienen”, dice este emprendedor.

Y pone el ejemplo de la detección de rotura hídrica en tuberías de riego o goteos con los drones. “Para revisar 50 o 100 hectáreas se necesita un equipo de 8 o 9 personas durante 1 o 2 semanas. Con nuestros drones se pueden controlar 10 hectáreas por la mañana y 10 hectáreas por la tarde”, explica.

Con los nuevos drones que quieren adquirir con fondos Leader este tiempo se reducirá aún más. Según sus cálculos con estos drones industriales podrán abarcar 200 hectáreas solo en dos horas con cada dron, lo que implica “abarcar varias fincas a la vez en un solo vuelo y bajar el coste, lo que repercute en el precio final del producto”, señala.

Otra parte de su proyecto quiere evitar el abandono del campo mostrando a esas nuevas generaciones alternativas a la gestión tradicional de los cultivos.