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viernes, 19 abril 2024

Me ha tocado ‘El Gordo’: ¿y ahora qué hago con el dinero?

En primer lugar, hay que tener en cuenta que el premio debe tributarse sólo si supera los 40.000 euros , cantidad a partir de la cual deja de aplicar la exención del impuesto y pagar el 20% del importe recibido

El 22 de diciembre se celebra anualmente el Sorteo Extraordinario de Navidad, cuyos premios oscilan entre los 20 y los 400.000 euros por billete. Ganar la lotería siempre es motivo de alegría, ya que garantiza una almohada extra de dinero, pero hay que mantener la cabeza fría y analizar qué hacer con la suma económica obtenida.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que el premio debe tributarse sólo si supera los 40.000 euros , cantidad a partir de la cual deja de aplicar la exención del impuesto y pagar el 20% del importe recibido.

En el caso del sorteo de Navidad, deberían tributar el primer, segundo y tercer premio que, con la liquidación de impuestos, sumarían un valor neto de 328.000 euros108.000 euros y 48.000 euros, respectivamente. El resto de los premios no requieren tributación.

Una vez liquidada la cuestión tributaria, es necesario valorar qué hacer con el dinero. Si no se hace nada y lo ponemos en la cuenta de ahorros, el dinero perdería valor con el paso del tiempo, especialmente en un momento como el actual en el que la inflación se acerca al 6,8%.

¿Qué hacemos con el dinero?

Supongamos que la inflación es del 6 % anual –objetivo del BCE– en los próximos 10 años. En esa situación, el valor del primer premio sería de 328.000 euros. Para evitar esta reducción de valor, existen diferentes opciones de inversión para tener en cuenta en función del nivel de riesgo que se quiera asumir.

Cuanto más riesgo, más rentabilidad y, por lo tanto, se puede obtener un beneficio (o pérdida) superior. A continuación, presen tamos algunas opciones que no tienen que ser escogidas de forma única, puesto que lo más importante entre alternativas de inversión es la diversificación.De esta forma, para los inversores más conservadores, las salidas principales son:

Depósitos bancarios donde la entidad financiera guarda nuestro dinero. La rentabilidad de estos productos está cerca del 0% actualmente.

Renta fija. Consiste principalmente en invertir en deuda pública o en deuda de empresas a cambio de intereses. En el caso de España, el rendimiento de la deuda a 10 años sería del 0,36%. En el caso de Alemania, por ejemplo, es de –0,26%. Si se está dispuesto a asumir un riesgo ligeramente mayor, las grandes empresas emiten deuda entre el 1% y el 2%.

Para los inversores más atrevidos, encontramos alternativas como:

Renta variable . La inversión es una alternativa importante a valorar, aunque a corto plazo puede parecer muy volátil. La bolsa americana, por ejemplo, acumula una rentabilidad anual de cerca del 8% desde 1927. El Ibex 35, por el contrario, sería un índice para evitar, ya que existen bolsas como la americana, la francesa o la alemana con rendimientos claramente superiores.

Private Equity o inversión en start-ups. En este punto, las rentabilidades pueden ser muy elevadas, pero también lo es el riesgo, ya que se está invirtiendo en empresas que justo nacen o están en crecimiento y que, por tanto, todavía no tienen una posición consolidada en el mercado.

Otra cuestión para tener en cuenta es la dificultad para recuperar la inversión, puesto que sólo sería posible si otro inversor decidiera comprar nuestra participación. En caso de querer diversificar el riesgo, existen opciones como la financiación colectiva o crowdfunding, donde se juntan pequeñas inversiones (normalmente, de 3.000 euros) de distintos inversores para alcanzar las necesidades de financiación de la compañía.

Dejando de lado el tipo de inversores, una alternativa que merece mención aparte es la de la vivienda. La compra de un bien inmueble puede tener variaciones: si es una residencia para habitarla (una segunda residencia, por ejemplo), es necesario valorar si con el tiempo seremos capaces de mantenerla. 

Sea como fuere, ganar la lotería es motivo de alegría, pero hay que analizar fríamente qué se quiere hacer con el premio, ya que, si no, con el tiempo el valor se pierde por sí mismo. En cualquiera de las opciones mencionadas, la diversificación y la distancia con el dinero son la clave y, como recomendación general, por no perder el valor del premio el rendimiento obtenido debería ser superior a la inflación.