Shenzhen Bioeasy vendió a España un total de 58.000 test en diferentes lotes que no tenía la fiabilidad suficiente. De estos se utilizaron tan sólo 8.000 y el resto fueron devueltos a la empresa por su mala calidad y su poca fiabilidad.
Los tests de la empresa China Shenzhen Bioeasy tenían una cantidad de reactivo muy por debajo de la necesaria (sólo un 30% cuando lo necesario es el 60%), de modo que sólo podía confirmar como casos positivos de coronavirus aquellos que tenían una alta carga vírica en la muestra. Si una persona tenía sintomatogía leve o estaba aún desarrollando la enfermedad el resultado de este test era un “falso positivo”.
En su lugar, el Gobierno recibirá pruebas rápidas de otro tipo, con una certificación mayor y una fiabilidad comprobada. Y, además, no se entregarán a las autonomías sin antes haberlas validado, al contrario de lo que se hizo con la Comunidad de Madrid, a la que se le facilitaron sin saber si funcionaban bien o no.
La misma fabricante china sin licencia Shenzhen Bioeasy será la que envíe ahora 640.000 unidades de un nuevo modelo de test con las especificaciones y sensibilidad requeridas.
Salvador Illa anunció este viernes que próximamente se recibirán otras remesas con más de cinco millones de test que se “verificarán” antes de entregarlos a las comunidades autónomas.