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viernes, 19 abril 2024

Unas 200 personas viven y duermen en las calles de Alicante cada día

Al menos 195 personas viven y duermen en las calles de la capital alicantina cada día y "muchas de ellas son víctimas de agresiones y delitos de odio", según consta en el informe de la campaña Homeless Meet Up Alicante.

Al menos 195 personas viven y duermen en las calles de la capital alicantina cada día y “muchas de ellas son víctimas de agresiones y delitos de odio”, según consta en el informe de la campaña Homeless Meet Up Alicante. La Red de Entidades de Atención a Personas sin Hogar de Alicante (Reapsha) y la Concejalía de Acción Social del Ayuntamiento de esta ciudad han presentado este estudio.

La finalidad de la citada campaña, llevada a cabo con anterioridad en otras urbes europeas como Valencia, Londres o Bruselas, era conocer cuántas personas sin hogar hay en la capital alicantina y en qué situación se encuentran. Homeless Meet Up Alicante forma parte de un movimiento europeo de ciudades para terminar con el ‘sinhogarismo’ en las calles en 2020, denominado The European End Street Homelessness campaign.

Casi doscientas personas han participado en Alicante en esta iniciativa, en la que han salido a la calle durante dos noches seguidas y han constatado una realidad que, según sus impulsores, “requieren una atención prioritaria”. Durante esas dos noches se localizó a un total de 195 ciudadanos en la calle, de los que fueron encuestados 111 (el 91 por ciento varón y el 9 por ciento mujeres), con una edad media de 47 años.

El 87 por ciento de estas personas manifestó que dormía habitualmente en la calle. El estudio afirma que la mayoría de las personas sin hogar en Alicante sufre “una situación de gran vulnerabilidad” y que muchas de ellas (el 42,34 por ciento de los encuestados) “son víctimas de agresiones y delitos de odio”. “Cada día que pasa sin ofrecer soluciones, el problema” de este colectivo “crece, se cronifica y se agrava”, advierte.

Una situación que también se puede resumir en la siguiente frase: “cada día que una persona sin hogar pasa en la calle aumentan sus probabilidades de seguir viviendo” en ella. El 43,2 por ciento de las personas sin hogar lleva menos de un año en la calle y el 19,8 por ciento, más de un lustro, señala el informe.

Expone también que el 46 por ciento de las personas sin hogar en la calle tiene más de 50 años y que la esperanza de vida del colectivo se sitúa en los 53, frente a los 83 en la población general. Además, el 77 por ciento de los encuestados no tiene ningún tipo de ingreso, el 28 por ciento no puede cubrir sus necesidades básicas y el 55 por ciento padece graves problemas de salud físicos (en el 23 por ciento de los casos, de carácter crónico).

El estudio concreta, igualmente, que el 13 por ciento manifiesta que el consumo de drogas ha provocado que le expulsara de su piso o programa de alojamiento y que dificulta su acceso y permanencia. Por otra parte, el índice de vulnerabilidad es muy alto en el 26,3 por ciento de los encuestados, medio-alto en el 56,5 por ciento y bajo en el 13,1 por ciento.

Como dato esperanzador, el informe sostiene que el 71,71 por ciento de los encuestados estaría dispuesto a iniciar un programa que le ayudase a dejar de vivir en la calle. En cuanto a la procedencia de las personas que viven en la calle en Alicante, el 39,6 por ciento es de origen extranjero (el 24,3 por ciento, extracomunitario y el 15,3 por ciento, de la Unión Europea); el 27,9 por ciento, de Alicante y provincia, y el 31,5 por ciento, del resto del país.

El informe propone, entre otras medidas para afrontar las necesidades de este colectivo, reforzar el sistema de prevención y atención del “sinhogarismo” temprano para detectar e intervenir prioritariamente en los casos de una primera experiencia en la calle. De la misma manera, plantea aumentar la dimensión y el alcance de los servicios sociales y la red de atención para personas sin hogar con un grado de vulnerabilidad medio y tendente a la cronificación.

Asimismo, estima conveniente dar cobertura a las necesidades específicas de las personas con alguna discapacidad, problemas de salud mental o física o enfermedades crónicas que requieran cuidados y atención especializada.