“Ayer cayeron mis valientes, que en lucha a cara o cruz el alma dieron a Dios…”.
Así ha arrancado hoy la embajada cristiana representada a los pies mismo del castillo festero levantado en la Plaza Saint Christol Lez Ales de El Campello. La población, tras dos jornadas bajo dominio de las tropas moras, abrazaba de nuevo el Cristianismo depués de una batalla que ha dado paso a la reconquista.
Se cerraban así dos jornadas de predominio musulmán en un municipio que vive intensamente sus fiestas patronales y de Moros y Cristianos, con un tiempo magnífico y las calles, plazas y escenarios de los diferentes actos absolutamente abarrotados de público.
Mucha gente de fuera del municipio ha querido participar de unos festejos muy vistosos en los que vestimentas de época, bandas de música, pendones, estandartes y banderas dan forma a una escenificación histórica que atrae poderosamente la atención a propios y extraños, por mucho que se repita año tras año.
Y es que las embajadas, escritas y declamadas en valenciano, son fieles al texto originario, pero el interés radica cada año en ver cómo son representadas por los embajadores de ambos bandos después de meses de estudio para memorizar los textos. Los entendidos valoran la puesta en escena, los tiempos, los silencios, el tono de voz según qué párrafo… Y ellos, los embajadores, saben que su papel se mira con lupa. Siempre aprueban con nota.
Antes de la embajada, El Campello ha despertado con un estruendoso alardo, con decenas de arbuceros disparando al aire por las calles del centro y avisando a todos de que la fiesta continúa y nos espera en la calle, comparsas y barracas .
La diana festera ha dado paso a la embajada… a la espera de la gran entrada mora-cristiana que se celebrará esta misma tarde.
