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sábado, 20 abril 2024

Ateneo Hanyang, la academia de lenguas asiáticas que se llena por Netflix

Las series coreanas atraen a estudiantes de mediana edad, mientras que la puerta de entrada de los jóvenes son la música de Corea y el manga y anime japoneses.

La influencia de la industria cultural y la facilidad para acceder a contenidos de todo el mundo, gracias a las plataformas por streaming como Netflix, puede ser determinante en negocios como el de Irina Padilla. Tras empezar a enseñar coreano en 2018, decidió fundar Ateneo Hanyang en Alicante, un centro de estudios de idiomas asiáticos donde imparten coreano, japonés y chino presencial y online. El primero de sus características en la provincia, apunta esta joven emprendedora.

Y lo hizo en un momento de fascinación por grupos musicales coreanos como BTS, Stray Kids, A- Teez, Black Pink o Red Velvet y por la cultura japonesa.

Así, por un lado, el perfil del estudiante de coreano son chicas jóvenes de 14 a 20 años aproximadamente “muy extrovertidas y habladoras”, que “quieren intentar aprender el idioma por las canciones”, dice Irina Padilla. Y, por otro lado, personas de 40 a 60 años que se apuntan “porque empiezan a ver series de Corea en Netflix o en otras plataformas y les gustan por cómo tratan las relaciones, más románticas y menos rudas”, asegura esta profesora. También hay casos excepcionales como una alumna de 62 años que lo aprende para declamar poemas.

En cuanto al alumno de japonés tiene entre 14 y 20 años y “viene por los manga y anime, y un poco de música, y suelen ser muy serios y responsables”, explica. En febrero incorporaron el chino tras detectar un aumento de demanda, también gracias a las series de Netflix.

Proyecto cultural

Hanyang es el nombre antiguo del actual Seúl, y Ateneo responde a la intención de enseñar “también la cultura y la visión que hay detrás”, dice Irina.

La idea era “crear un equipo y espacio de trabajo, no una simple academia, y desarrollar la idea de que las tres culturas que han estado enfrentadas a lo largo de la historia pueden convivir juntas”, apunta.

Como sus estudiantes, Irina Padilla inició su relación con estos idiomas en la adolescencia. Con 14 años empezó a estudiar japonés porque “me llamaban mucho la atención la pronunciación, la cultura y la historia”. En 2008 decidió pasar al coreano porque “se avanza mucho más rápido al ser un solo alfabeto. Con eso ya puedes leer, pero en el japonés no. Tienes que seguir muy duro estudiando todos los días los ideogramas”. Decidió emprender cuando “me di cuenta de que me gustaba enseñar lo que había disfrutado aprendiendo”, explica esta joven empresaria.

Tiene 70 alumnos que se desplazan desde distintos puntos de la provincia, pero su vía de crecimiento será el canal online. Actualmente ya tiene estudiantes en Irlanda y Galicia. En su caso la pandemia, que se cruzó arrancando el proyecto empresarial y paró las clases, también ha tenido otro lado positivo por el peso que ganó la formación y al demostrar que era posible aprender idiomas a distancia, asegura.