“Hemos vuelto al peor momento social desde la crisis del 2013”, así arranca la entrevista a Juan Vicente Peral, director del banco de alimentos de Alicante.
Peral además es presidente de FESBAL (Federación Española de Bancos de Alimentos) y reconoce que, aunque ahora la situación está más controlada, en estos dos últimos meses han hecho un esfuerzo indescriptible para intentar hacer frente a todas las solicitudes de personas que necesitaban ayudas alimentarias.
Aumento de solicitudes en un 30-40%
El banco de alimentos funciona en toda la provincia de Alicante desde 1993 y, en circunstancias normales, atiende las demandas de aproximadamente 12.000 beneficiarios. Sin embargo, tras la crisis provocada por el coronavirus, Peral afirma que ese número se ha incrementado en un 30-40%, alcanzando casi la cifra de 20.000 solicitudes.
200 entidades asociadas
La plataforma mayorista cuenta con más de 200 entidades benéficas asociadas que hacen una labor admirable con esfuerzo, dedicación y unos niveles infinitos de generosidad y solidaridad.
Peral explica que, además, de las entidades que siempre están operativas para atender a los ciudadanos con menos recursos, tras la situación crítica provocada por el COVID-19, han aparecido nuevas asociaciones y se han reactivado otras que no estaban operativas para intentar abastecer las nuevas solicitudes de ayuda alimentaria.
Donaciones sector hostelero
El presidente del banco de alimentos indica que,además de los proveedores fijos, tras la declaración del Estado de Alarma, numerosos hosteleros y comerciantes han querido aportar su granito de arena ofreciendo lotes de comida para las personas más necesitadas de la provincia. Esto ha facilitado el objetivo de paliar los efectos drásticos que ha tenido la crisis sanitaria, económica y social en los colectivos más vulnerables.
Abastecimiento a ayuntamientos
Por otro lado, aclara que también están abasteciendo a algunos ayuntamientos, tales como Alicante, Elche, Santa Pola o El Campello. Y aunque no reciben contraprestación económica alguna por parte de los mismos, insiste en que para ellos “es muy gratificante llegar a quien más lo necesita”.
“Lo hacemos por la satisfacción de ayudar sin esperar nada a cambio, aunque esperamos que si alguna vez necesitamos más ayuda, podamos optar a ella”, añade.
Funcionamiento
Peral nos ha explicado también el funcionamiento básico del banco de alimentos. Son una plataforma mayorista, lo que quiere decir que cuando reciben alguna solicitud de ayuda alimentaria, piden el código postal de la persona y la redirigen a la entidad benéfica minorista más próxima a su domicilio. Aparte, aclara que, aunque antes, las ayudas se otorgaban en función de algunos criterios de valoración como edad o situación laboral y económica, tras la pandemia, se levanta más la mano para agilizar que la comida llegue lo antes posible.
Desde la plataforma facilitan el abastecimiento de productos de primera necesidad a personas sin recursos o en situación de vulnerabilidad, pero también a ciudadanos sin documentación en regla. Peral lamenta que “en esta crisis, han aumentado las solicitudes de personas que son víctimas de la economía sumergida, como trabajadores que no tenían contrato de trabajo y al cerrar las empresas se han quedado sin nada. Sin trabajo, sin ERTE y sin paro”.
En cuanto al tema de la distribución, reconoce que no ha sido una tarea fácil, puesto que, tal y como explica, “la mayoría de voluntarios de entidades benéficas son muy mayores y muchos no han podido colaborar por ser personal de riesgo”. Por esta razón, solicitaron de inmediato ayuda a voluntarios de protección civil de los distintos municipios, así como personas jóvenes que quisieran colaborar en el reparto de alimentos.
Y respecto al tiempo en que se tarda en hacer ese reparto, Peral, asegura que “en la misma semana pueden quedar solventadas las peticiones con mucho esfuerzo y dedicación“.
Solo en la capital de Alicante hay más de 50 entidades y casi 20 en Cruz Roja. Aparte, hay dos comedores sociales: La Prosperidad-San Gabriel y La Sal de La Tierra, orientados a personas sin hogar o “sin papeles”.