El síndrome postvacacional no está considerado una enfermedad ni una patología, sino que es un trastorno. Se refiere a la ansiedad que se sufre a la hora de volver a las tareas laborales y la rutina tras un periodo de descanso o vacaciones.
Los cambios de horarios y responsabilidades requieren un proceso de adaptación que puede llegar a ser arduo sobre todo para aquellas personas cuyo entorno laboral no es favorable. Normalmente suele durar entre dos o tres semanas.
Aunque los síntomas son similares a los que se padecen con el estrés, varían según la persona y su entorno. Sin embargo, generalmente los más habituales son la apatía, la falta de energía, disminución de la productividad, cambios de humor, un bajo estado de ánimo o la sensación de no poder adaptarse al entorno laboral.
Según un estudio elaborado por Adecco, hasta un 37% de los trabajadores sufrió el año pasado el síndrome postvacacional. Esto supuso un aumento de 4 puntos porcentuales respecto al año anterior. Asimismo, el porcentaje restante de personas que no padecen este síndrome también presentan algunos cuadros de fatiga o estrés.
Con esto en mente, desde Productividad Feroz ofrecen talleres para mejorar la productividad en momentos en los que es mucho más difícil concentrarse. Miguel Navarro, director, cuenta él mismo cómo su método ha cambiado su vida. “Tienes dentro de ti una capacidad de progreso ilimitada. Y no es la típica frase de libro de autoayuda. Lo he comprobado en carne propia”. Es por ello, por lo que creó esta empresa con el objetivo de compartir su mentalidad para ayudar a quien lo necesite. “Desde Productividad Feroz quiero compartir contigo mi método para ayudar a las personas a mejorar sus resultados”, añade.
Cómo afecta al trabajador el síndrome postvacacional
Aunque el perfil de los trabajadores que padecen estos síntomas no es siempre el mismo, existen unas características similares en todos ellos. En primer lugar, se da en personas cuyos malos hábitos y rutina se han vuelto automáticas y se repiten constantemente. Esto tiene una repercusión directa en la productividad y en los resultados. Los malos hábitos también se traducen en una menor tolerancia a la frustración por lo que desempeñar las tareas se vuelve una actividad mucho más difícil.
Además, cabe destacar que este síndrome se da sobre todo en aquellos países en los que existen largos periodos de vacaciones. Un ejemplo claro es España donde, como en muchos otros países europeos, la mayoría de los días de descanso se encuentran sobre todo en verano. De igual manera, el entorno laboral también es un factor a tener en cuenta. Si el trabajador no se encuentra cómodo y contento en su ámbito de trabajo, ya sea por las tareas que desempeña o por las relaciones sociales; es habitual que este síndrome se agrave.
Consejo para una buena gestión emocional postvacacional
El síndrome postvacacional no es algo que no se pueda prevenir, sino que es posible lograr esa correcta adaptación a la hora de volver a la rutina. Algunos consejos para evitar este síndrome son:
– No regresar de las vacaciones justo el día anterior a la vuelta al trabajo. Lo recomendable es volver del destino vacacional dos o tres días antes para prepararse mentalmente.
– Adecuar un horario de sueño de forma progresiva. Al tener vacaciones las horas de sueño aumentan y varían ya que no es necesario madrugar. Por lo tanto, cuando se acerca el día de volver a la rutina laboral lo ideal es ir recuperando el horario que se tenía antes de los días de descanso.
– Organizar las labores que tendrás que llevar a cabo en el trabajo cuando regreses. En esta organización se recomienda incluir actividades que sean de tu agrado para hacer la vuelta a la rutina algo mucho más llevadero. Asimismo, una buena alimentación eleva tu energía y productividad.
