Ni los niños ni un día tan mágico como la lotería de Navidad se escapan de la realidad política que vive España. Los lazos políticos han llegado al Teatro Real de Madrid de la mano de los mismísimos niños de San Ildefonso, quienes por primera vez llevaban calzas, calcetines, pajaritas y lazos amarillos. Un detalle que no ha pasado desapercibido para muchos.
La realidad de Cataluña y la campaña de lazos amarillos reclamando la liberación de los presos catalanes reponsables del referéndum del 1 de octubre hacen pensar que la elección de este color no sea fruto de la casualidad.