Mañana comienza el juicio contra seis personas acusadas de dirigir y gestionar un negocio de prostitución en un chalet de San Vicente del Raspeig, en el que obtenían dinero del trabajo de las víctimas, a las que explotaban.
La Fiscalía mantiene que, hasta mayo de 2017, los procesados hacían que las mujeres trabajaran en el sótano de la vivienda, donde estaban hacinadas y sin ventilación. Además, las sometían a horarios laborales interminables, las obligaban a aceptar cualquier práctica sexual que propusiera el cliente y las hacían trabajar aunque estuvieran enfermas.
Los encausados se quedaban con parte del dinero que las víctimas cobraban por sus servicios y con parte del dinero de las consumiciones de los clientes.
La acusación pública añade que en el chalet también se vendían sustancias estupefacientes para aquellas personas que las solicitaran y pide para los acusados penas que oscilan entre los 35 años y medio y los 27 años y medio de prisión por nueve delitos relativos a la prostitución y uno contra la salud pública.