El año 2020 es uno de esos años que se va a quedar para el recuerdo. La pandemia del coronavirus ha hecho que todo en nuestro día a día cambie, y a pesar de que llegan buenas noticias sobre posibles vacunas, la realidad es que toda la sociedad se está acostumbrando a marchas forzadas a la denominada nueva normalidad.
Todo ha cambiado. Desde las empresas que ahora apuestan por el teletrabajo hasta las tiendas de siempre que ahora hacen sus ventas a través de internet. El factor digital ha cobrado una relevancia más que considerable gracias, entre otras cosas, a su capacidad para evitar las aglomeraciones y el contacto directo entre personas.
Sus bondades se han trasladado sobre todo al ámbito de la enseñanza, uno que ha comprobado cómo las peticiones de cursos online y las matriculaciones se disparaban a raíz de todo lo sucedido en los últimos meses. Sin embargo, uno de los terrenos en los que más se ha notado el cambio ha sido enlos másteres.
Los estudios postuniversitarios se apoyan cada vez más en la formación online, dando forma a propuestas tan interesantes y atractivas como el MBA de Escuela de Negocios y Dirección. Esta institución cumple punto por punto las bondades de un sistema de enseñanza moderno, eficiente y totalmente válido a nivel profesional.
Algo que antes se planteaba como una lejana posibilidad, dado que la autoridad y la relevancia de la enseñanza tradicional seguían demasiado patentes. Ahora, dadas las circunstancias y las limitaciones,ha pasado a ser una prioridad totalpara quienes buscan seguir creciendo tanto académica como profesionalmente.
¿Por qué la fórmula del máster encaja con la enseñanza online?
El primer elemento que mejora la presencia de la enseñanza de los másteres online es la calidad y la cantidad de las conexiones. Menos de un 8% de los hogares de España carece de conexión a internet. A eso hay que sumar unos smartphones que prácticamente han plagado las calles y nuestros bolsillos.
Dispositivos que nos acercan más que nunca a la red de redes y que nos permiten conectarnos independientemente del lugar y la hora. Siempre que hay cobertura, cualquiera puede coger su teléfono para echar un vistazo a sus redes sociales, contestar un WhatsApp o compartir una foto. ¿Por qué no aprovechar esto para estudiar?
Esto ha supuesto un factor determinante, aunque no el único. En la otra cara de la moneda está el principal motivo por el que son precisamente los másteres online los que están en auge: la disponibilidad horaria.
Las personas que se acercan a estas propuestas son, principalmente, profesionales que ya están trabajando o ejerciendo y que quieren perfilar su currículum con algo más allá de los estudios universitarios. Si miramos al ámbito empresarial y de los MBA, sin ir más lejos, podemos ver que el perfil habitual es el de emprendedor, o el de personas que aspiran a cargos directivos.
El principal problema que tienen a la hora de seguir estudiando es, precisamente, el trabajo. La jornada laboral abarca muchas horas a lo largo del día, y eso a veces es totalmente incompatible con cualquiera idea de estudiar. Y es justo ahí donde ataca la fórmula de la enseñanza online.
Los másteres que se ofrecen a través de internet abarcan tanto el temario necesario como el profesorado más adecuado. Una fórmula ya de por sí atractiva, pero que gana adeptos al ofrecer flexibilidad absoluta para el desarrollo de los estudios. Los horarios se flexibilizan al máximo y, en ocasiones, hasta permiten al alumno avanzar a su ritmo siempre y cuando cumpla con ciertas metas de progreso.
Bien es cierto que la fórmula no ha explotado de un día para otro. Los másteres online han ganado mucha relevancia gracias a un esfuerzo continuo de mejora. Titulaciones más válidas, apoyadas por grandes instituciones, personal docente de primera, nuevas técnicas de enseñanza, uso de software avanzado…
En estos momentos, cualquiera puede estudiar a través de internet y, sobre todo, cursar un máster que aumente sus posibilidades profesionales.
