Orihuela ha vivido una singular entrada mora en sus fiestas de Moros y Cristianos. No solo por ser la primera que se realiza después de la pandemia del covid-19 sino por la polémica marcada por el embajador moro y un boato que ha causado la indignación de festeros y vecinos por el presunto tinte xenófobo.
Francisco Marcos, dueño del concesionario del Grupo Marcos y Embajador Moro 2020 por la comparsa Moros Musulmanes Escorpiones ha protagonizado la escena más polémica que podían presenciar los oriolanos durante las fiestas. Según los propios vecinos, Marcos ya había anunciado que el ‘boato’ iba a ser algo fuera de lo común, y no era para menos, ya que había sido designado como embajador en 2020 y ha tenido que retrasar dos años su puesta en escena por la pandemia.
La entrada mora, con una exhibición de caballos, números de bailarinas, carrozas con familiares y amigos han ido precedidas por un escorpión gigante, cual paso de Semana Santa, sin embargo, lo más llamativo ha sido el empresario iba sostenido por 48 personas de origen subsahariano.