El conseller de Educación, Universidades y Ocupación, José Antonio Rovira, ha achacado los distintos errores durante el “marrón” de las adjudicaciones de plazas al cese de ex cargos del Botànic y a la falta de informes a su llegada al departamento. Así lo ha expresado en su primera rueda de prensa junto al secretario autonómico de Educación, Daniel McEvoy, y la directora general de Personal Docente, Sonia Sancho, en la que también ha relatado la cronología del retraso y “caos” de las 21.000 adjudicaciones de plazas docentes para el curso 2023-2024.
De hecho, ha culpabilizado a los tres jefes de servicio de las delegaciones territoriales, los tres jefes de Personal de las tres territoriales, la subdirectora general de Provisión de Personal Docente y la jefa de servicio de Gestión de Servicios, cargos nombrados a “dedo” por el anterior Consell y que cesaron voluntariamente de sus competencias a finales de julio, antes de comenzar el proceso de adjudicaciones. Los ceses se firmaron con efecto 31 de julio.
En este sentido, el titular de Educación ha avanzado en rueda de prensa que pondrá en manos de la Abogacía de la Generalitat el “abandono de funciones” de los entonces responsables de estos procesos “justamente en el momento de inicio”. “Es un hecho grave porque es un abandono del trabajo en un momento complejo. Hay gente que se va a su casa el 31 de julio cuando llegan las notas y estudiaremos tomar alguna medida legal”.
“No me parece justo ni adecuado que personas responsables hayan primado sus intereses políticos, personales y vacacionales y se hayan ido a su casa dejando el proceso empantanado. Han abandonado voluntariamente y tienen el derecho de hacerlo, pero no es responsable” ha manifestado el dirigente de Educación, que también ha agradecido el trabajo del personal del departamento y la colaboración de los sindicatos, y ha asumido en primera persona el retraso: “Soy el máximo responsable de lo que ha pasado”.
Otros problemas
Por otro lado, el conseller también ha achacado el error a tener un programa informático “obsoleto” y que el Botànic “no actualizó” pese a tener un informe de la dirección general TIC recomendándolo; y al cambio de normativa estatal sobre los profesores técnicos de FP a Secundaria “para el que no se había preparado en absoluto el sistema informático” y es “el que ha dado problemas y tiene mayor número de reclamaciones”.
Además de al plan de estabilización de interinos del Gobierno de Pedro Sánchez que envió el listado definitivo el 1 de agosto “en un programa excel que los informáticos se tiraban de los pelos y con 26 errores de duplicados de números que hubo que depurar”. Por tanto, “era imposible” iniciar el proceso de adjudicación de plazas hasta el 2 de agosto, cuando se contaba con toda la documentación necesaria.

Del mismo modo, pese haber más de 400 reclamaciones en estos momentos, según datos proporcionados por el propio titular de Educación, ha justificado que son “problemas puntuales” de las 21.500 plazas vacantes y que la mayoría se han registrado por el cambio de normativa de profesor de FP a ESO, que tiene alrededor de 126 reclamaciones.
Además, ha defendido que este año es un “proceso extraordinario” y que las cifras son “similares” a la de otros años como en 2022, cuando hubo alrededor de 281 reclamaciones. Por ello la consellería “no se plantea” resarcir económicamente los problemas ocasionados a dicho colectivo y afirma que “los procesos estaban enquistados por unas circunstancias y la gran mayoría han tenido muy claro su destino y no les afecta”.
Rovira también ha explicado que en 2020 participaron en el proceso 493 funcionarios de carrera y en prácticas; en 2021 fueron 3.414, en 2022 fueron 1.270 y este año 8.845. “El aumento es considerable y todo ello sin haber retocado el sistema informático, pese a los avisos que se habían dado al equipo de la anterior Conselleria de la necesidad de cometer actualizaciones desde 2020”, ha señalado.
Una “bomba” del Consell y el cese de 200 docentes
Sobre el cese de más de doscientos cargos docentes de la Conselleria, Rovira ha justificado que “eran enchufados” y que “no tenían que ver con este proceso”. “Hemos cesado a ciertos docentes, pero no tenían nada que ver con este proceso. 200 y pico señores que en vez de estar dando clase, donde tienen que estar, estaban haciendo otras funciones que tal vez no era competencia de ellos. A lo mejor tenían 200 enchufados, no lo sé”.
Igualmente, ha asegurado que el Botànic ha dejado “varias bombas”, pero que en caso de no haberse producido un cambio de gobierno “se subieran encontrado con el mismo marrón. No eran conscientes, o a lo mejor no pensaban ganar en ningún caso y que pudiera continuar el mismo gobierno“.
Por su parte, la directora general de Personal Docente, Sonia Sancho de Vicente, ha justificado su ausencia del despacho durante unos días por “cuestiones estrictamente personales” y señala que trabajó a distancia y estuvo conectada “todas las horas del día”. “Lamento todo este problema de mala praxis y gestión por culpa de anteriores directores que en vez de colaborar, intentan hacer daño moral y profesional a esta directora general”.