Cuanto más cercana es una especie al ser humano, tanto más fácil es que los patógenos que afecten a esa especie nos afecten a nosotros, simplemente porque los mecanismos de infección y persistencia son más similares a los nuestros y pueden persistir.
Los coronavirus anteriores que han producido otros brotes -como el MERS (Síndrome Respiratorio del Oriente Medio) y el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave)- son virus de mamíferos, y es mucho más raro un salto desde otro tipo de especies porque ni las células son parecidas, ni el medio ambiente, ni el contacto, lo cual no quiere decir que no sea posible.
En caso de contacto estrecho y continuado con animales es cuando la enfermedad pasa de una especie a otra: sobre todo grupos de población tan grandes como China con algunas especies, como aves o reptiles vivos.
En la cultura oriental, el mantenimiento de los animales vivos, incluso antes de consumirlos, es importante porque en ese contacto repetido que se produce en miles de ocasiones se puede dar la oportunidad de que haya algún salto entre especies.
El coronavirus canino
El coronavirus canino es una enfermedad viral contagiosa que afecta al intestino del perro, especialmente en los cachorros que no han sido vacunados, aunque también puede afectar a los canes adultos. El virus se contrae mediante el contacto oral con las heces de perros infectados y es frecuente en los cánidos que viven en condiciones poco higiénicas o de hacinamiento, o en aquellos que tienen trastornos de coprofagia.
Para evitar la infección por coronavirus, lo primero y más importante es realizar el control veterinario de tu perro desde cachorro, cumpliendo con rigurosidad el calendario de vacunas, que son las que fortalecen su sistema inmunitario. También es importante controlar el contacto con las heces de otros canes, mantener una higiene adecuada del perro, así como de sus juguetes y recipiente de comida, para prevenir el contagio de ésta y otras enfermedades a tu peludo amigo.
El coronavirus felino
El coronavirus felino, es un virus ARN que afecta a los gatos. Existen 2 tipos de virus diferentes:
- El feline enteric coronavirus (FECV) que invade el tracto digestivo
- El feline infectious peritonitis coronavirus (FIPV) que es el responsable de la infección, crónica en la mayoría de casos, de las células epiteliales digestivas.
La transmisión del coronavirus felino es oro-fecal. El virus se excreta en las heces de animales portadores sanos. El virus es expulsado a través de las heces, principal vehículo de contagio. Algunos gatos son resistentes a este virus y no desarrollan ninguna infección mientras que otros serán portadores de FECV algún tiempo. Pueden curarse espontáneamente, pero la inmunidad adquirida es corta, entonces se contaminan de nuevo después de unas semanas, si viven en un grupo donde hay excretores (portadores sanos).
Se trata de una enfermedad incurable. El tratamiento es sintomático a base de antiinflamatorios y estimulantes del apetito. Los estudios realizados no han demostrado ningún beneficio con antivirales.
Se recomiendan los tratamientos preventivos para evitar la expansión de la enfermedad. La vacunación sería el tratamiento de elección para prevenir el coronavirus felino, así como medidas higiénicas para evitar el contagio entre los gatos, entre las que destaca uso de varias bandejas de arena.
Coronavirus porcino
La diarrea por delta coronavirus es similar a la diarrea epidémica porcina (DEP) pero con una severidad muy baja. El virus daña las vellosidades del intestino y por lo tanto reduce la superficie capaz de absorber, con pérdida de fluidos y deshidratación. La inmunidad calostral entonces protege a los lechones.
Los brotes agudos ocurren durante 3 o 5 semanas con mortalidad muy variable. Su presentación clínica es similar a la de otros coronavirus (DEP y gastroenteritis transmisible (GET))
