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viernes, 19 abril 2024

Bioferric Ink: una carrera de fondo en la depuración de agua industrial

La startup, que entrará este verano en una aceleradora de Alemania, trabaja en una tecnología que depura aguas industriales con partículas magnéticas.

Bioferric Ink, startup del parque científico de la Universidad Miguel Hernández y en breve del vivero Príncipe Felipe de Alicante, intenta ganar cuota de mercado en la depuración de aguas industriales, un sector “muy estancado por grandes barreras de entrada”, dice Adrián Nadal, responsable económico y financiero. 

Estas barreras son que el precio de la depuración de aguas – muy barata para el consumidor- y un desarrollo de la tecnología caro para competir con ese precio y el control del mercado por una decena de grandes empresas. También que “montar una depuradora no es fácil porque la inversión inicial para probar la tecnología ya es muy cara”, explica.

Bioferric Ink propone una solución intermedia en coste que dirige a la industria y a los gestores de residuos, sus clientes objetivo. 

Creada en 2018 por Álvaro Mas, CEO y director Técnico, sumó al equipo promotor a Adrián Nadal y Ezequiel Jiménez, este último director de Ingeniería. Verónica Antón, investigadora biotecnóloga, y Álvaro Benito, en Ingeniería Mecánica conforman el resto del equipo.

Juntos han emprendido una carrera de fondo donde lo peor “es la inseguridad, la inestabilidad, la falta de recursos y la mentalidad empresarial en España que agota: todo el mundo quiere rascarte un euro o sacarte cosas gratis”, dice. Lo mejor: “la gente, sentirte responsable, hacerlo bien y mejorar mucho”, asegura.

Solución intermedia

Su producto consta de la instalación, que es modular para adaptarse a las necesidades de cada industria, y las partículas, “que son pequeños núcleos de un componente magnético de un par de micras al que le ponemos un recubrimiento que, en función de cual sea, puede seleccionar cosas dentro del agua residual”, explica. Tras sacarlas con campos magnéticos y meterlas en otro tipo de agua extraen el compuesto y vuelven a reutilizar las partículas. 

Ahora mismo hay “instalaciones depuradoras simples que aglutinan residuos de agua, tienen un filtro y generan unos lodos que se llevan a gestores de residuos y cuestan una pasta tratarlos” y hay “instalaciones de purificación que hacen productos sustitutivos al nuestro, recuperan los complementos y los revalorizan, pero son instalaciones bastante específicas y muy caras”, explica Adrián Nadal.

“Somos más baratos que las de purificación, menos específicos, gastamos menos reactivos, pero sí ofrecemos recuperar los compuestos. Y, en relación a la depuración simple, el precio es un poco más alto, pero evitamos el gestor de residuos y recuperamos compuestos”, sintetiza. Otra ventaja es que en menos de dos años se amortiza la inversión.

De momento su tecnología los ha llevado a Circular Economy Acelerator, una aceleradora del cluster industrial de Wuppertal (Alemania), a partir de junio. “Estamos encantados de aprender y ofrecer soluciones a las empresas”, dice este emprendedor. 

El reto de las aceitunas

La startup trabaja, junto a su socio industrial Brigman, en una planta piloto de unos 300.000 euros para validar su tecnología. La prueba de concepto se hará este mes y la asume el fondo de inversión TTAF tras haber lanzado un reto de la industria de la aceituna al que acudió Bioferric Ink. 

“A partir de septiembre queremos iniciar el montaje de la instalación piloto y hacer pruebas, llevarla a la empresa de aceitunas para que trabaje en un entorno real y mostrársela a otras empresas”, por lo que “en 2023 debería haber alguna venta ya”, dice Adrián Nadal. 

Si sale bien la prueba, se centrarán en el sector de la aceituna, pero seguirán desarrollando “mercado y tecnología” y mantendrán “la mentalidad de startup” con nuevos tratamientos y mercados, explica. Ya han probado en laboratorio el tratamiento para microplásticos en agua y nitratos.