Alberto Artero estudió Biología marina en la Universidad de Alicante y está especializado en conservación. Incluso estuvo en un proyecto para proteger y mantener la fauna salvaje en Sudáfrica. Con 5 años de trayectoria como biólogo, tiene como objetivo principal concienciar a las personas sobre la importancia de cuidar nuestros entornos naturales, evitando arrojar basura en ellos.
Actualmente, está sacándose el título de buceador profesional, puesto que considera que es otra vía para concienciar a personas interesadas en conocer la fauna marina, mostrándoles su belleza y su deterioro, como consecuencia de los actos humanos.
“Intento mostrar lo bonito de las costas, pero también las maneras de protegerlo. A través de mi cuenta en instagram (@thewildpassport), busco concienciar y sensibilizar a la gente a través de los vídeos e imágenes que capto”.
En su cuenta podemos ver publicaciones sobre la importancia no solo de no arrojar basura al mar, sino de utilizar diariamente productos ecológicos y biodegradables, porque, al final, los envases acaban vertidos en nuestras costas.
Artero asegura que en las playas más conocidas y con más afluencia de gente hay más basura y suciedad. “La Cala Granadella (Jávea), está llena de basura y plásticos dentro y fuera del agua. Cuanto más difícil es el acceso, menos hay”.
Y cuando Artero habla de suciedad y basura, no se refiere a la posidonia muerta que puede quedar atrapada en orillas, como consecuencia de la marea. “La posidonia no puede vivir fuera del agua, pero cuando se acumula en la costa, protege la playa de la erosión, evitando así su degradación. De hecho, si no pasaran los tractores cada día en las principales playas, todas tendrían en la orilla”, explica el biólogo.
Con suciedad y basura se refiere a: colillas, mascarillas, guantes, montones de plásticos, bolsas, papeles...Estas son algunas de las cosas que un día normal buceando puede encontrar dentro del mar y en la arena.
Por ejemplo, en los Baños de la Reina de El Campello, recientemente encontró hasta botellas de alcohol vacías, latas, vidrios y “colillas a punta pala”.
Además, Artero asegura que “aunque los Ayuntamientos limpiasen a diario, se volverían a ensuciar enseguida, por esa falta de sensibilización hacia el medio ambiente y la costa”.