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jueves, 28 marzo 2024

Barcala subraya la ‘larga tradición festera’ del barrio de San Agustín

El alcalde de Alicante ha inaugurado dos plazas emblemáticas, que recuerdan al conjunto de personas que hacen posibles estas celebraciones desde 1946 y a un acto singular que se celebra desde 1952

El alcalde Luis Barcala ha subrayado este martes la “larga tradición festera del barrio de San Agustín, que se remonta a más de setenta y cinco años” al inaugurar las plazas “Festers de San Agustín” y del “Rosario de la Aurora”.

El primer edil ha estado acompañado por los concejales de Estadística, Antonio Peral; Fiestas, Manuel Jiménez; Urbanismo, Adrián Santos Pérez, e integrantes de la Corporación Municipal.

La plaza “Festers de San Agustín” discurre paralela a la calle “PituPerramón, inaugurada en 2018. Entre sus dotaciones cuenta con varias pistas para jugar a la petanca.

La del “Rosario de la Aurora” está situada a escasos metros de la primera y es de dimensiones menores al estar localizada entre uno de los grupos de casas bajas que caracterizan a este barrio.

“La denominación de dos emblemáticas plazas supone un doble reconocimiento, tanto para las personas que fundaron las fiestas en 1946 y para quienes las han ido revalorizando hasta cumplir más de 75 años, como a quienes han hecho propia e identificativa del barrio la tradición del Rosario de la Aurora, desde 1952”, ha reseñado el primer edil.

El origen de las fiestas patronales en honor a San Agustin se remonta a 1946 cuando un grupo de vecinos, encabezado por Agustín Santonja, comenzó a adornar las calles con guirnaldas y banderitas en los últimos días de agosto, al mismo tiempo que se montaban las primeras barracas. 

Seis años después fue Amparo García, conocida como “Amparo de Bravío”, quien trajo al barrio, desde su Sella natal, la tradición del Rosario de la Aurora. Fue el 28 de agosto de 1952 la vez primera que salió a las calles de San Agustín.

El Rosario de la Aurora parte desde la casa de la familia Santonja, precisamente donde está situada la plaza que este martes ha quedado inaugurada.

Son cerca de 200 los vecinos quienes, desde allí, y con bombo, panderetas, triángulos, guitarras, bandurrias y sus propias voces recorren distintas calles del barrio para regresar al mismo punto de partida donde se reparten bollos con chocolate a los asistentes. Comienza a las 6 de la madrugada de cada 28 de agosto y su duración, aproximada, es de unas dos horas.