Una alimentación equilibrada y que incluya los nutrientes básicos nos ayuda a mantener un nivel alto de defensas, que nos protejan de agresiones externas y virus.
Hemos hablado con Raquel Escortell Sánchez, nutricionista HLA Clínica Vistahermosa, que nos ha indicado unas recomendaciones alimentarias, básicas para reforzar nuestro sistema inmune.
Explica que “muchos de los desórdenes nutricionales ya sea por déficit, por exceso o por alteraciones metabólicas, pueden perturbar el equilibrio de nuestras defensas”. De ahí la importancia de llevar cada día una alimentación saludable y variada, para mantener nuestro organismo fuerte. Por ello, la experta en nutrición nos ha detallado las vitaminas y nutrientes más importantes a tener en cuenta.
¿Qué vitaminas son relevantes en nuestra alimentación?
- Vitamina A: es la promotora de la producción de linfocitos, cuya función principal se centra en el desarrollo de anticuerpos. Podemos encontrarla en alimentos tales como coles (brécol, col rizada, brócoli, coliflor, kale) así como en lácteos y huevos.
- Vitamina C: sin lugar a duda, la más importante para el correcto funcionamiento de nuestro sistema inmune. ¿Por qué? Porque es la sintetizadora de colágeno necesario para revestir nariz, intestino y pulmón, lo que constituye una barrera ante infecciones y gérmenes. Además, ayuda a combatir virus, al estimular la producción de células blancas protectoras. Aparte tiene efecto antiinflamatorio y antioxidante. La encontramos en verduras de hoja verde como espinacas y acelgas, en pimientos, frutas cítricas, frutos rojos y kiwi.
- Vitamina E: es un antioxidante que actúa sobre las células, creando una barrera de protección ante los patógenos, junto a la Vitamina D (presente en huevos y pescado). Tiene propiedades antiinflamatorias. Está presente en frutos secos, semillas y aceites de tipo vegetal.
- En relación a las vitaminas del grupo B, destacar el papel de la vitamina B2 con función antioxidante y regeneradora de los glóbulos rojos. Está presente en carnes magras, huevos y verduras de hoja verde.
- Vitamina B6: productora de células inmunes y generadora de anticuerpos. Presente en carnes, pescado, patatas y plátano.
- Ácido Fólico B9: ayuda a paliar la pérdida de linfocitos T, asociada al envejecimiento. A más edad, menos producción. Presente en la yema del huevo, vísceras, legumbres y frutas como el melón, albaricoque y aguacate.
¿Qué nutrientes son esenciales?
Tal y como señala Escortell, debemos reforzar nuestro organismo principalmente con nutrientes tales como el zinc o selenio, así como ácidos grasos Omega 3″.
Un déficit de Zinc es precursor de inflamación, así como de estrés oxidativo. Por ello, el consumo de alimentos tales como el marisco, legumbres y carne magra puede ayudarnos a prevenir este tipo de situación en nuestro organismo.
En el caso del Selenio, un déficit del mismo, puede conllevar una reducción de la producción de linfocitos T y a una pérdida de protección ante virus. Por lo tanto, se recomienda consumir carne, pescado y cereales integrales para un correcto aporte del mismo.
Pescado azul, marisco y algas son las principales fuentes de ácidos grasos del tipo Omega-3, “cuya función reside en la neutralización de virus, así como en la regeneración una vez producida la infección e inflamación del sistema inmunológico”, resalta la nutricionista.
Aparte incide en la importancia de consumir proteínas animales y vegetales para conseguir una regeneración celular adecuada. Además, considera esencial la ingesta de una cantidad adecuada de frutas y verduras, así como de legumbres y cereales integrales, huevos y lácteos enteros naturales.
Obviamente, la nutricionista recalca que hay que evitar o, al menos, reducir el consumo de productos precocinados, bollería, azúcares, alcohol, bebidas carbonatadas y azucaradas.
Opta por alimentos naturales de los cuales conozcas su procedencia.
Raquel Escortell, nutricionista HLA Clínica Vistahermosa
En definitiva, llevar una dieta variada y equilibrada junto con unos hábitos de vida saludables, ayudan a tener un buen estado de salud sin necesidad de suplementar de forma extra.
