La incapacidad temporal (IT) en la Comunitat Valenciana ha aumentado un 40 % entre 2018 y 2023, lo que equivale a un coste estimado de 7.100 millones de euros al año, el 5,1 % del PIB regional. Así lo refleja el estudio Evolución de la incapacidad temporal y la siniestralidad en España, elaborado por Umivale Activa y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), presentado este jueves en Elche en una jornada organizada por la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV).
El informe sitúa el absentismo por IT en máximos históricos, con un 5,3 % de jornadas perdidas en 2023 frente al 3,8 % de 2018. Por provincias, la tasa alcanza el 5,5 % en València, el 5,4 % en Castelló y el 5 % en Alicante.
Contingencias comunes y profesionales
En la Comunitat, el 93 % de los procesos de IT corresponden a contingencias comunes (enfermedad común o accidente no laboral), mientras que el 7 % derivan de contingencias profesionales (accidentes de trabajo y enfermedades profesionales) y han descendido un 3 % de 2018 a 2023. En España el descenso fue del 7 %.
Bajas de larga duración y repetidores
Otro de los factores que explican el incremento del absentismo es el aumento de las bajas de larga duración. En la Comunitat, los procesos de este tipo se han multiplicado por 2,2, hasta alcanzar los 15.800 en 2023, lo que equivale a un crecimiento del 94 % desde 2018.
También se dispara la prevalencia de los repetidores, personas que encadenan más de un proceso de baja en un año. En 2023 suponen el 46,6 % de las bajas activas y representan ya el 12,9 % de la población protegida, tras un incremento del 72 % en el periodo analizado. Por provincias, son más frecuentes en València (13,7 %), seguidos de Alicante (12 %) y Castellón (11,6 %).
Durante la apertura de la jornada, el presidente de CEV Alicante, Joaquín Pérez, advirtió que «el absentismo laboral se ha convertido en uno de los principales retos para empresas, trabajadores y administraciones». Según señaló, «este fenómeno impacta en la productividad y competitividad de las empresas, incrementa el gasto de la Seguridad Social y presiona al sistema sanitario». Y aboga por la colaboración público-privada entre Seguridad Social, Mutuas, servicios sanitarios y empresas.
Entre los objetivos que plantea la patronal figura promover entornos de trabajo más saludables y seguros, mejorar la gestión de las bajas médicas evitando duplicidades, y avivar la concienciación social, para que el absentismo no se perciba como un derecho sin límites y se actúe con responsabilidad».
Sectores más afectados
El análisis también apunta a diferencias según el sector de actividad. En la Comunitat, la tasa de IT en el comercio supera la media nacional, con un 5,39 % en València y un 5,68 % en Castelló, frente al 5,11 % en España. También en la agricultura, tradicionalmente uno de los sectores con menor incidencia (3,78 % en España), las tres provincias valencianas están por encima: 6,43 % en Castellón, 5,85 % en València y 5,48 % en Alicante.
Los investigadores del Ivie que han dirigido el estudio, José María Peiró y Lorenzo Serrano, subrayaron que «el absentismo no puede normalizarse ni convertirse en un tabú. Solo desde el diálogo, la colaboración y la corresponsabilidad podremos equilibrar salud y productividad y garantizar la sostenibilidad de nuestro sistema de bienestar».
Patologías más determinantes
El estudio destaca el peso creciente de las patologías que cursan dolor, como las musculoesqueléticas, junto con la salud mental, que ya concentran el 52,7 % del absentismo por IT en la Comunitat. A nivel estatal, las jornadas perdidas por estas causas han crecido de forma muy acusada desde 2018: un 56,5 % más en el caso de las musculoesqueléticas y un 111,4 % en las asociadas a la salud mental.
Conclusiones del informe
El documento concluye que el aumento de la repetición de bajas, la expansión de los procesos de larga duración y el peso de las patologías musculoesqueléticas y de salud mental son los elementos críticos que explican la evolución del absentismo en España.
El análisis constata que este fenómeno no se explica por factores demográficos o laborales (edad, sexo, tipo de contrato, sector o territorio), sino por cambios en la cultura laboral y en la regulación de la IT. Además, muestra una relación inversa con el desempleo: la tasa de absentismo desciende cuando aumenta el paro y sube en fases expansivas.
En este sentido, el estudio lanza una alerta: «el absentismo por incapacidad temporal es un reto estratégico y económico de primer orden que requiere una respuesta inmediata, basada en la evidencia científica y coordinada de los gestores implicados». Y advierte que «las crisis económicas y el desempleo no pueden ni deben ser las vías para moderar las tasas de absentismo por IT, algo que debe venir de cambios en la regulación, en las condiciones de trabajo y en la cultura laboral».
