Los supermercados empiezan a tener que racionar la venta de leche como consecuencia de la huelga indefinida en el transporte, que hoy encadena ocho días de paradas.
La situación está afectando a la industria láctea que ha perdido ya tres millones de litros de materia prima y se ha visto obligada a redistribuir leche entre las fábricas para conseguir salvar la recogida en las zonas donde la protesta es más intensa.
Los problemas de suministro han obligado algunos supermercados a tomar medidas como limitar la venta de botellas para garantizar la venta de leche.
Sin embargo, el mensaje que se quiere transmitir es el de tranquilidad, porque afirman que hay bastante abastecimiento, que no se debe comprar compulsivamente y que no hay que acumular productos que no se vayan a consumir.