Al menos 15 personas han muerto y 18 han resultado heridas tras el descarrilamiento del funicular de Glória en Lisboa. El siniestro, ocurrido sobre las 18:00 horas, ha dejado la ciudad en shock y ha provocado un amplio despliegue de bomberos y policía. Según el Instituto Nacional de Emergencias Médicas (INEM), entre los heridos hay cinco graves y un menor de edad.
Causas bajo investigación
Las primeras hipótesis apuntan a la rotura de un cable o a un fallo en los frenos. Tras perder el control, el vagón ha volcado y ha chocado contra un edificio con más de 40 pasajeros a bordo. Videos difundidos en redes sociales han mostrado los graves daños sufridos por el vehículo.
El alcalde Carlos Moedas ha anunciado tres días de luto municipal y ha asegurado que la ciudad está “devastada”. Por su parte, el presidente Marcelo Rebelo de Sousa ha expresado sus condolencias a las familias y ha reclamado esclarecer las causas cuanto antes. El primer ministro Luís Montenegro ha cancelado su agenda, salvo el Consejo de Ministros, y ha confirmado que el Ejecutivo sigue de cerca la investigación.
Un símbolo turístico marcado por accidentes
El funicular de Glória, en funcionamiento desde 1885, conecta la plaza de los Restauradores con el Bairro Alto. Con capacidad para 43 personas, es uno de los iconos más visitados de la capital portuguesa. No es la primera vez que el transporte ha sufrido un percance: en 2018 también descarriló, aunque sin provocar víctimas.
El siniestro ha reabierto el debate sobre la gestión del transporte histórico. Manuel Leal, trabajador de Carris y miembro del sindicato Fectrans, ha criticado que el mantenimiento fuese externalizado en 2022 a la empresa MAIN por casi un millón de euros. En cambio, Carris ha defendido que se han cumplido todos los protocolos, incluidos los mantenimientos anuales, intermedios y las inspecciones diarias.
