Comisiones Obreras ha denunciado que el TRAM d’Alacant dispone actualmente de menos unidades operativas que en 2021, a pesar de que el número de viajeros ha crecido un 123% desde entonces. Según explica el sindicato, la red ha pasado de transportar poco más de 9 millones de usuarios en 2021 a superar los 20,2 millones en 2024, sin que este aumento haya venido acompañado de una mejora proporcional en los recursos disponibles.
A su juicio, el problema se agrava porque, mientras crece la demanda, la flota ha sufrido una reducción significativa. CCOO apunta que en 2020 el TRAM disponía de 46 trenes distribuidos en diferentes series -6 de la serie 5000, 9 de la serie 4100, 25 de la 4200, y otros 6 de la veterana serie 2500, distintas generaciones con mejoras progresivas en tecnología, capacidad y comodidad-, mientras que actualmente solo quedan 37. Esta pérdida se debe, en parte, a la retirada prevista de los tranvías de la serie 2500 y al traslado de tres unidades de la serie 4200 a la red de Metrovalencia para la puesta en marcha de la línea 10, unas unidades que, según sostienen, “nunca se han recuperado para Alicante”.
Desde la organización sindical también señalan que la presión provocada por las medidas de gratuidad y descuentos en el transporte público ha obligado a FGV a poner en circulación toda su flota disponible, lo que ha acelerado el desgaste de los vehículos. Esto ha provocado que muchos trenes hayan alcanzado antes de lo previsto el kilometraje que exige una revisión técnica integral, lo que deja fuera de servicio a las unidades durante semanas.
CCOO recuerda que, en 2024, se iniciaron negociaciones entre la dirección de FGV y el comité de empresa para paliar los efectos de esta situación mediante ajustes operativos. Entre ellos, explican, se propuso el aumento de paradas en la línea 1 y una redistribución más eficiente de frecuencias. Aunque se alcanzó un acuerdo en noviembre, apuntan que la Conselleria no dio su visto bueno hasta febrero de 2025, y solo tras la convocatoria de una huelga que, según argumentan, fue “clave para desbloquear” la situación.
El sindicato sostiene que la solución estructural debía haber llegado con la adquisición de nuevos tranvías de la serie 4500, prevista desde el concurso público adjudicado en 2022 a Stadler Rail Valencia. Según informan, el contrato inicial preveía 16 nuevas unidades —ampliables a 28— destinadas a renovar la flota alicantina y sustituir progresivamente los actuales vehículos de la serie 4200, que comenzaron a circular en 2006.
Estas nuevas unidades de la serie 4500, explican, están diseñadas para mejorar significativamente la capacidad y accesibilidad del servicio, ya que pueden transportar hasta 400 personas —123 más que los actuales modelos— y cuentan con piso bajo integral y tecnología avanzada en seguridad y eficiencia energética. El calendario de entregas fijado en el contrato preveía la llegada de los primeros trenes en enero de 2025, pero a día de hoy, lamentan desde CCOO, “no ha llegado ni una sola unidad”.
La organización sindical asegura que ha solicitado en varias ocasiones explicaciones sobre los retrasos, sin obtener respuesta oficial. Manifiestan su preocupación por la posibilidad de que estos trenes se queden retenidas en Valencia y nunca lleguen a Alicante, «dejando a la red metropolitana sin el refuerzo imprescindible que demanda el crecimiento de viajeros». Además, denuncian que no se ha informado sobre la posible aplicación de penalizaciones por los retrasos ni sobre garantías de que los tranvías de la serie 4500 se incorporarán efectivamente a la flota del TRAM alicantino.
En cuanto a las futuras ampliaciones de la red —como la estación intermodal junto a Renfe o las prolongaciones hacia Sant Joan y Mutxamel—, CCOO advierte que “de poco sirve seguir construyendo infraestructuras si no se prevé con antelación qué va a circular por ellas”. A su juicio, sin los vehículos necesarios, será imposible mejorar frecuencias o poner en marcha nuevas líneas.
Finalmente, desde el sindicato subrayan que la saturación actual del servicio ya está afectando a miles de usuarios diarios y que las quejas por la masificación en los tranvías son cada vez más frecuentes. “El éxito del TRAM puede llevar al colapso si no se aumentan los recursos en los próximos años”, concluyen.


