La Guardia Civil de Sanxenxo (Pontevedra) ha abierto diligencias contra tres jóvenes de 24, 25 y 31 años, residentes en la provincia de Alicante, como presuntos autores de un delito continuado de estafa y pertenencia a grupo criminal. Se les atribuye el uso fraudulento de más de 10.000 euros en establecimientos del municipio pontevedrés, tras obtener datos bancarios a través del método conocido como ‘smishing’.
Este tipo de fraude electrónico consiste en el envío de mensajes SMS o a través de aplicaciones haciéndose pasar por entidades legítimas, como bancos o empresas de mensajería. Mediante un enlace falso, los estafadores conducen a las víctimas a webs fraudulentas que imitan las oficiales, donde recogen sus datos personales o financieros.
Operación TAKO-SAN25: tarjetas clonadas y retiros en locales de apuestas
La operación, denominada TAKO-SAN25, comenzó en septiembre de 2024 tras dos denuncias presentadas en Burela (Lugo) e Icod de Los Vinos (Tenerife), ambas por cargos no reconocidos en Sanxenxo.
Según fuentes oficiales, los estafadores asociaban las tarjetas robadas a teléfonos móviles usados exclusivamente para realizar pagos. Además, frecuentaban locales de apuestas deportivas, ya que permiten tanto pagos con tarjeta como retiradas en efectivo, lo que complica su rastreo por parte de las autoridades.
Las investigaciones se intensificaron entre los meses de abril y mayo de este año, y llevaron a identificar y vincular a los tres jóvenes a los puestos de la Guardia Civil de Dolores y Almoradí, en la provincia de Alicante.
Viajes internacionales y un estilo de vida de lujo injustificado
Además del patrón delictivo, los investigadores detectaron que los implicados llevaban un nivel de vida muy por encima de sus ingresos declarados. Se identificaron viajes a destinos como Tailandia y Emiratos Árabes Unidos, lo que, unido a sus numerosos antecedentes, reforzó las sospechas de actividad delictiva continuada.
La Guardia Civil recuerda a la ciudadanía la importancia de no pinchar en enlaces sospechosos recibidos por mensajería, nunca facilitar datos personales o bancarios por estos canales, y verificar siempre la identidad del remitente.
