28 días después… ¿Del confinamiento?

Comparación entre la actual pandemia del coronavirus y las mejores películas de zombies cuando ya se han superado los 28 días desde que se decretara el confinamiento

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Fotograma de la película "La noche de los muertos vivientes",

Ya se ha superado un día mítico para todos aquellos que, como yo, son aficionados a las historias de zombies. No resulta extraño tener en el grupo de amigos a alguien que siempre haga referencias a situaciones apocalípticas: “¿Qué haríamos en caso de que se produjera una pandemia de infectados ahora mismo?”. En mi grupo, puede que ese individuo sea yo. El caso es que da igual si estoy en mi casa, en un centro comercial o en la calle: siempre tengo un plan para escapar. Es curioso, pues siempre debatíamos cómo podríamos conseguir artilugios para defendernos, ya que en las películas americanas encuentran armas con facilidad, por lo contrario, en València, lo tendríamos más complicado. Ahora miro por la ventana desde la que estoy confinada en este estado de alarma y me doy cuenta de que ya son 28 días después desde que empezó la cuarentena, y nada puede ser más diferente a cómo lo había imaginado.

En esta fecha es imposible no acordarse de esa película. En 28 días después pudimos ver una Londres como un cementerio, con calles desiertas, tiendas vacías y un silencio total generado por la propagación de un
virus que mató a la mayor parte de la población británica. Seguro que el inglés Danny Boyls, responsable de películas como Trainspotting, Slumdog Millionaire o Steve Jobs, no imaginaba que veríamos un calco de su recreación en 2020, cuando un virus, aunque este viniese de China y no de los primates, desolara las vías de Inglaterra. El film transcurre en Reino Unido, pero bien se puede extrapolar a un día cualquiera de estos 28 que llevamos en cuarentena, en cualquier ciudad del mundo. No obstante, si a alguien le debemos la concepción de los zombies, tal y como se ha creado la imagen en nuestra consciencia colectiva, es a George A. Romero.

“EL HOMBRE ES UN LOBO PARA EL HOMBRE”- JIM (CILLIAN MURPHY) EN 28 DÍAS DESPUÉS.

La noche de los muertos vivientes (1968) significó un antes y un después en las películas de caminantes. Con más de 50 años de vida, este rodaje en blanco y negro es el núcleo del que todas las series o películas sobre el universo zombie beben, aunque muy pocas han logrado alcanzar su poder perturbador. Esta película fundacional que huye de los excesos visuales, se encierra en apenas tres escenarios y utiliza a poco más de cinco personajes. Sin embargo, en sus alucinadas imágenes vive, explosivo, el terror de un apocalipsis zombie, pero también una incisiva parábola sobre la fragilidad del orden social y la futilidad de la condición humana.

Después, Romero durante una visita al centro comercial de Monroeville, encontró el argumento para su segunda película de caminantes, El amanecer de los muertos vivientes, que en España se tituló Zombi, (versión de 1978, aunque hay una posterior en 2004) ya que pensó que sería posible sobrevivir dentro de un lugar como ese en una situación de catástrofe o emergencia. Curiosamente, es uno de los principales focos de contagio en la actual pandemia de coronavirus que vivimos, resulta hasta paradójico. Esta película se ha revivido en múltiples escenas de series, videojuegos o libros, incluso se ha recreado en vivo, como en la edición de Survival Zombie en el centro comercial de La Vaguada (Madrid) del 1 de febrero, este mismo año, cuando la epidemia del COVID-19 ya se había expandido en China, a la que tuve la suerte de asistir.

El día de los muertos (1985) es la tercera de las seis películas que conforman la saga dedicada a los zombis de George A. Romero, y que también ha contribuido a la concepción de pandemia que tenemos, ya que en esta película los zombies ya se han apoderado del planeta: el número de humanos se reduce a uno por cada 400.000 muertos vivientes. Un pequeño grupo de personas, formado por científicos y militares, se refugian en una antigua instalación subterránea del gobierno. Allí intentan contactar sin éxito con otros grupos supervivientes. Las tensiones entre los humanos resultarán ser igual de peligrosas que la propia epidemia. Tensiones entre humanos… Dado el panorama político que vivimos, cualquiera diría que lo más peligroso es el COVID-19. Romero, ya lo adelantó.

En España también hemos tenido películas míticas de invasiones zombies, como lo es No profanar el sueño de los muertos (1974), una pesadilla en la que los muertos comienzan a despertarse a causa de las radiaciones de una máquina de ultrasonidos que el gobierno acaba de autorizar para eliminar insectos y bichos de los campos de cosecha.

Sinonimias entre la pandemia del coronavirus y películas de zombies

Viendo la soledad que se vive en las calles de la ciudad, ¿quién no se ha imaginado siendo Will Smith en Soy Leyenda cuando ha ido a pasear a su perro? Puede que en esta epidemia no huyamos de criaturas sedientas de carne humana, pero sí podemos ver los efectos de las ciudades desoladas. Una irrupción de la cotidianidad sin precedentes, tal y como ocurre en la película japonesa I am a Hero -basada en el manga de Kengo Hanazawa- donde los infectados quedan atrapados en sus rutinas (repitiendo las mismas secuencias una y otra vez), mientras que los sanos solo pueden esconderse y romper con todo lo establecido para sobrevivir. Como nosotros, los confinados, que hemos roto con nuestra vida por el bien de la humanidad.

En esto, los asiáticos nos llevan ventaja, pues hasta en las películas consiguen frenar los brotes epidemiológicos antes que en occidente con su implecable disciplina, tal y como vemos en Train to Busan (2016), película en la que los pasajeros de un desesperante tren buscan llegar a una ciudad en cuarentena, con estrictas medidas de confinamiento que puede ser la salvación. Eso sí, con una grabación estresante y trepidante que lleva al espectador hasta el sufrimiento.

Por desgracia, estas películas no se parecen tanto a la realidad como lo pueden ser las epidémicas. En Contagio, 2011 dirigida por Steven Soderbergh y protagonizada por Matt Damon, o Infectados, dirigida por Àlex Pastor y David Pastor, sí que podemos sufrir la desesperanza y agonía que sus protagonistas pasan al perder a sus seres queridos por una amenaza mundial y que se asimila más a los informativos que se emiten cada día.

Ahora que ya se han cumplido 28 días desde que nos encerrásemos en casa para luchar como nunca nos habríamos imaginado, lo que sí podemos hacer es seguir viendo películas de zombies. Puede que mi libro Zombi: guía de supervivencia de Max Brooks no haya servido para nada, pero, yo seguiré pensando en cómo escapar. Espero que sea antes de que se cumplan 28 semanas después.