Por supuesto, las luces son un elemento clave en la conducción nocturna, pero también se recomiendan durante el día. Por ello, su mantenimiento y funcionamiento debe ser siempre correcto.
Disponer de una buena iluminación es fundamental para la seguridad de todos los usuarios de la vía y, para ello, los vehículos cuentan con diferentes tipos de luces. Como decíamos, los faros no solo sirven para ver de noche, también son imprescindibles para ser vistos en condiciones de poca visibilidad como lluvia, niebla, túneles, etc.
Con la electrificación, uno de los elementos que se desarrollaron a lo largo del siglo XX, se empezaron a utilizar lámparas incandescentes en los automóviles, un avance importante en los tipos de luces y en la seguridad en relación a las mechas de luz que ofrecían las linternas.
Actualmente, los vehículos están obligados a incluir una serie de luces. Las destinadas a iluminar la trayectoria del conductor son las luces de posición, las luces diurnas, las luces de cruce y las luces de carretera, que pueden clasificarse según el tipo de bombilla utilizada. A continuación, te presentamos los diferentes tipos de lámparas, en cuanto a luces para automóviles:
Halógeno
Actualmente son los más extendidos, los de tecnología más antigua y los más sencillos de fabricar y por tanto los más económicos. Su alcance luminoso supera los 100 metros, por lo que en 1962, tras su introducción, supusieron una gran revolución en cuanto a lámparas incandescentes.
La bombilla halógena es muy similar a la que podemos encontrar en una bombilla de filamento estándar. Son como las bombillas tradicionales que se usan en los hogares, con la diferencia de que en su interior puedes encontrar una de gas que te permite multiplicar la capacidad lumínica.
Xenón
Estas lámparas tienen una función y construcción diferente. No tienen un filamento interno, sino dos electrodos que generan electricidad y calientan el gas xenón que se encuentra en la lámpara, similar al de una lámpara fluorescente convencional.
Otro gran avance en lo que respecta a las luces de los automóviles. La luz de xenón proporciona hasta tres veces más luz que la halógena con un consumo de energía mucho menor. Y aunque son bastante más caros que estos, su vida útil se triplica.
LED
La tecnología LED se introdujo en la primera década del siglo XXI en los automóviles. Este tipo de luces se utilizan tanto para ópticas auxiliares como para frenos, para luces intermitentes o luces diurnas, estas últimas obligatorias para todos los vehículos fabricados en Europa desde febrero de 2011.
Esta tecnología se basa en la unión de varios diodos de luz muy pequeños, en comparación con los sistemas anteriores. Sus ventajas son obvias: bajo peso, posibilidad de organizarlos en prácticamente cualquier formato que se desee, bajísimo consumo energético y, sobre todo, una enorme vida útil, en torno a las 10.000 horas.
Despliega toda su capacidad de iluminación casi al instante y habilitas funciones como la iluminación adaptativa, que atenúa o aumenta la iluminación, o los sistemas antideslumbrantes automáticos.
Conclusión
El precio de los faros de última generación es muy elevado en comparación con los sistemas halógenos o de xenón, y normalmente, en caso de avería, requieren una sustitución completa, aunque sus posibilidades y prestaciones son inalcanzables por los sistemas tradicionales.
Las principales causas de la falta o insuficiencia de lámparas incandescentes suelen deberse a oxidación por contacto o cable de tierra suelto; sobrecalentamiento de la lámpara; componente de baja calidad; nivel reducido de electrolito de la batería; cortocircuito o circuito abierto, instalación incorrecta de lámpara o luz, etc.
Debido a la complejidad, no siempre es posible sustituir manualmente las lámparas cuando dejan de funcionar, es necesario acudir a un taller especializado, por lo que es recomendable contar con un buen servicio de asistencia en carretera que te pueda ayudar en caso de siniestro.
