El acoso escolar es considerado en las aulas de los colegios como una contrariedad, muchas veces, lo atribuyen a que es cosa de niños y por otra parte, admitir que de verdad hay un problema podría suponer un desprestigio o fracaso del centro escolar. Al acosador o acosadores no se les quiere ver como a unos monstruos, y sus padres no admiten que su hijo o hija está acosando a un compañero de clase, no obstante, la víctima se siente desprotegida, se calla el maltrato que sufre para no romper el código del chivato que lo o la estigmatizaría aún más, quieren sentirse aceptados, pero nada de lo que hagan o digan consigue romper esa barrera de ser el objetivo de burlas y vejaciones. La vergüenza a decepcionar a sus padres por temor a que les vean como que han fracasado socialmente es el otro estigma que deben sufrir estos niños. Los familiares de la víctima, ajenos al problema hasta que se manifiesta de la peor manera posible, a veces, incluso cuando no hay remedio, pero cuando se detecta a tiempo, se sienten desamparados, pues ni los profesores saben como solucionar este problema que suele afectar a una media de dos alumnos por aula, ni las administraciones abren un protocolo de actuación con profesionales que de verdad se dedican a solucionar este problema. Porque no hay que olvidar, que un profesor no pueden dedicar su tiempo a un solo niño o niña, habiendo más alumnos en las aulas, ellos, no tienen las herramientas necesarias para destinar unas horas que no van a cobrar, en ayudar a las víctimas y sus familias, podrán hacerlo mientras estén en el centro escolar, pero el dilema está cuando traspasan las puertas del colegio para irse a sus casas. Ya que lo que empieza en las aulas no acaba ahí, las redes sociales se han convertido en la continuidad de la agresión en lo que podría llamarse ciberbullying. Los testigos que podrían ayudar a sus compañeros, tampoco dicen nada por temor a que ellos sean los próximos objetivos de los agresores.
La directora y productora de cine, Piluca Baquero, se encontró este problema con su hija, y al no encontrar una herramienta divulgativa que hablase de este drama que sufren los niños, decidió realizar esta película documental denominada “El Silencio Roto”. “Desgraciadamente me encontré con el acoso escolar en mi casa, en la piel de mi propia hija, y me di cuenta de que los padres y las familias que pasaban por esto, no tenían referentes, no sabían donde acudir y pensó que había que hacer un documental a cerca del tema, había que contarlo, es algo de lo que nadie quiere hablar”, ha aclarado la autora del film.
La Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) detectó en 2016 un total de 1.207 casos de acoso escolar. Aunque el bullying esta cada vez siendo más visible, obteniendo una mayor respuesta y una mayor sensibilización social, no obstante, se sigue mirando para otro lado. Este es uno de los motivos que la directora del documental quería contar, a través de testimonios reales de niños que han pasado por este contratiempo y para no exponerles aún más, se les ha mantenido en el anonimato recurriendo a la animación del pintor Javier de Juan, que le ha aportado el alma a esas historias. “El silencio roto” ha sido realizada con la delicadeza y el realismo que aborda este problema social, recurriendo a un 50% de animación con las voces de niños que testimonian sus casos reales y el otro 50% se ha recurrido a las entrevistas de profesionales relacionados con el mundo de la educación como profesores, psicólogos, psiquiatras, médicos, políticos, policías, todo lo que se mueve en torno al acoso.
La organizadora del Certamen Educavisual para niños y jóvenes de la empresa Mediterránia Audiovisual, Beatriz Martínez, ha declarado que la película estará en las salas de los cines Kinepolis de Alicante, ubicado en el Centro Comercial Alicante Plaza Mar 2, del 19 al 22 de febrero y el festival se alargará dos días más. Además habrán 18 obras audiovisuales valencianas, entre las que destaca el cortometraje alicantino “Colores”, nominado como mejor cortometraje de animación en la pasada edición de los Goya, todo ello, mientras dure esta segundo edición del Certamen Festival Proyecta, Descubriendo la Diversidad.
La película dirigida por Piluca Baquero, ya se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Valladolid, Seminci, en octubre de 2017. La idea de este trabajo cinematográfico es que se proyecten en cines de toda España y finalmente, el destino último es que acabe en centros educativos para que les sirva de herramienta a los docentes. Piluca Baquero es consciente de que siendo una película diferente, no busca evadir al espectador, ni entretenerle, si no que, quiere hacerle pensar y removerle para que diga: “esto tiene que acabar”.