Un hombre acusado de intentar violar y asesinar a su casera en Alcoi en 2018 ha reconocido los hechos y, tras el acuerdo de conformidad alcanzado entre las partes, se le ha rebajado de 23 a 11 años la pena de prisión socilitada. El magistrado de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Alicante ha dictado provisionalmente sentencia de conformidad en el juicio que se ha celebrado este miércoles.
El acusado, entre lágrimas, ha afirmado que se arrepiente de lo que hizo y ha añadido que es padre de una hija y que “hay que ser un animal” para hacer lo que él hizo.
El ministerio público ha modificado la calificación provisional, a la que se ha adherido la acusación particular en representación de la víctima, y aceptada por la defensa, para acusar de un delito de violación en grado de tentativa con uso de arma blanca y un homicidio en grado de tentativa, con la retirada de circunstancia agravante al no considerarlo “subsiguiente a un delito contra la libertad sexual”.
El fiscal ha argumentado que, tras la declaración de la víctima, no se trata de un homicidio con el que “se intenta incrementar el daño”, ni ocultar el delito contra la libertad sexual “mediante la eliminación de la vida de una persona”, sino de un delito “encaminado a vencer la resistencia de víctima”, ha indicado.
De conformidad con las partes, por el primer delito, el fiscal solicita cinco años de cárcel y por el segundo cinco. El ministerio público establece, además, una orden de alejamiento de la víctima de 300 metros durante 13 años por los dos delitos y la prohibición de establecer contacto con ella, por cualquier medio o modo de comunicación por el mismo periodo. También ha sido condenado a 10 años de libertad vigilada tras su puesta en libertad.
Por último, el acusado tendrá que indemnizar a la víctima con 7.300 euros por los daños físicos de la agresión y con 15.759 euros por las secuelas que le han supuesto.
LA COGIÓ DEL CUELLO HASTA QUE SE DESMAYÓ
La acusada que, tras los hechos estuvo en una casa de acogida, ha descrito, tras un biombo, que el acusado llegó hasta la finca de Alcoi, donde había vivido dos años antes, y encapuchado, por lo que no le reconoció. Bajo la excusa de que quería alquilar el piso, irrumpió en el domicilio y tras adentrarse hasta el dormitorio amenazándola con un cuchillo, la cogió del cuello para someterla hasta que se desmayó.
La mujer, que fue su antigua casera, ha narrado que cuando despertó en el suelo junto a la cama, el agresor estaba quitándole la ropa interior e intentando forzarla sexualmente, lo que llevó a un nuevo forcejeo y resistencia. El hombre le provocó múltiples heridas de arma blanca en manos y piernas, e incluso ha narrado cómo le mordió el labio superior de la boca.
Por último, ha recordado que el ruido provocado por los pasos de su marido que bajaba a la vivienda hizo que el agresor se asustara y huyera del domicilio.
