El rey Felipe VI ofreció este martes su mensaje de Navidad, centrado en la tragedia que dejó la DANA del 29 de octubre en la Comunidad Valenciana y en otras regiones, y en la necesidad de recuperar la serenidad y el diálogo en un contexto de crispación política. Desde el Salón de Columnas del Palacio Real, el monarca dedicó su intervención a subrayar los valores de la solidaridad y la responsabilidad como elementos esenciales para superar desafíos sociales y políticos.
En un discurso de 15 minutos, el Rey comenzó recordando a las más de 230 personas fallecidas por la DANA y los daños materiales y humanos que dejó su paso. “Miles de personas vieron cómo lo que hasta hacía poco era su pueblo, su barrio, su trabajo, su casa, su negocio o su escuela quedaban reducidos a escombros o incluso desaparecían”, señaló. Acompañado de una escenografía sobria, con un facsímil de la Constitución Española, un nacimiento de su colección privada y una fotografía que simbolizaba la unión de voluntarios, vecinos y fuerzas de seguridad tras la catástrofe, Felipe VI quiso dar todo el protagonismo a las víctimas.
Un mensaje de apoyo a los afectados de la DANA
El monarca recordó que la DANA golpeó con especial fuerza a la Comunidad Valenciana, causando desolación en municipios como Catarroja, Paiporta y Torrent. Durante su discurso, destacó la visita que realizó junto a la reina Letizia y sus hijas a las zonas más afectadas, incluida una reciente visita familiar a Catarroja, apenas dos días antes de la Nochebuena. Fue la tercera ocasión en la que los Reyes acudieron a la región tras la catástrofe. En su primera visita, el pasado 3 de noviembre, Felipe VI y la reina se unieron al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, en Paiporta, donde se vivieron momentos de tensión con vecinos que expresaron su frustración lanzando barro y objetos.
Felipe VI, en su mensaje navideño, aludió de forma directa a esa frustración. “Hemos comprobado —y entendido— el dolor, la impaciencia y las demandas de una mayor coordinación entre las administraciones”, afirmó. Subrayó que todas estas emociones, tanto las que conmueven como las que apenan, surgen de un mismo lugar: la necesidad de proteger y reforzar el bien común.
El Rey también lanzó un mensaje contundente a las administraciones públicas, pidiéndoles que las ayudas lleguen con celeridad a quienes lo necesitan. “Que puedan reconstruir el futuro por el que tanto han luchado”, insistió, reconociendo que aún queda mucho por hacer en cuanto a la gestión de ayudas para los afectados por las inundaciones.
Reconocimiento a la solidaridad y el esfuerzo colectivo
En uno de los pasajes más emotivos de su discurso, Felipe VI destacó la respuesta de la sociedad ante la tragedia, poniendo en valor la ayuda brindada por vecinos, ONG, cuerpos de seguridad, equipos de protección civil y empresas que organizaron colectas y donaciones. “La fuerza abrumadora de la solidaridad y la humanidad ha sido clave para que, poco a poco, las más de 800.000 personas afectadas puedan recuperar cierto grado de normalidad en sus vidas”, aseguró.
El monarca también recordó escenas impactantes de la tragedia y el esfuerzo colectivo para superar las adversidades. Desde casas inundadas hasta negocios destruidos, señaló que la DANA dejó imágenes que no deben olvidarse, pero también mostró lo mejor de la sociedad española: una capacidad inquebrantable de unirse en momentos difíciles.
Un llamamiento al diálogo y la serenidad política
El mensaje del Rey también abordó el creciente clima de polarización política en España, insistiendo en la necesidad de recuperar el diálogo y el consenso como pilares de la convivencia. Felipe VI describió la “contienda política legítima, pero en ocasiones atronadora” como un obstáculo que no debe impedir escuchar el “pulso de la ciudadanía”. En este contexto, apeló a las instituciones y los líderes políticos a actuar con responsabilidad, poniendo siempre el bien común por delante de los intereses partidistas.
El monarca recordó que la Constitución Española de 1978 sigue siendo una guía fundamental para la convivencia en el país, destacando la reciente reforma del artículo 49 sobre los derechos de las personas con discapacidad como un ejemplo de lo que se puede lograr a través del consenso. En palabras del Rey, “un pacto de convivencia se protege dialogando”, y subrayó que la diversidad de opiniones es legítima y necesaria, siempre que no derive en una negación del espacio compartido.
Felipe VI también hizo referencia al décimo aniversario de su reinado, una década marcada por desafíos como la inestabilidad política, los escándalos relacionados con la Casa Real y la creciente fragmentación social. Aunque no se extendió demasiado en este punto, señaló que la experiencia acumulada refuerza su compromiso con la unidad y el bienestar de España.
La crisis de la vivienda y la inmigración, asuntos prioritarios
En su mensaje navideño, el Rey abordó otras preocupaciones sociales, como la dificultad de acceder a una vivienda y la gestión de la inmigración. Felipe VI describió la vivienda como un problema clave que afecta especialmente a los jóvenes y a las personas más vulnerables. “Debemos reflexionar, escucharnos y encontrar soluciones a través del diálogo para garantizar el acceso a la vivienda en condiciones asumibles”, afirmó.
Respecto a la inmigración, el monarca instó a combinar el respeto a las leyes y normas básicas de convivencia con la lucha contra las mafias que trafican con personas. Hizo hincapié en la necesidad de un esfuerzo colectivo de integración, recordando que el respeto y la dignidad son pilares fundamentales en la gestión de este fenómeno global.
Un contexto internacional desafiante
El discurso también incluyó una reflexión sobre los retos internacionales que enfrenta España, desde las crisis climáticas hasta la inestabilidad política global. Felipe VI expresó su preocupación por el cuestionamiento de la democracia como sistema de gobierno y defendió los valores de la democracia liberal y el multilateralismo como elementos esenciales para afrontar desafíos globales como la transición energética, las pandemias y la escasez de recursos naturales.
El monarca destacó que Europa sigue siendo una parte esencial de la identidad española y pidió reforzar los lazos con el continente para enfrentar juntos los problemas globales.
Un mensaje de esperanza para el futuro
En la parte final de su discurso, Felipe VI quiso transmitir un mensaje de optimismo y unidad. “España es un gran país, con una historia portentosa y una capacidad inquebrantable para superar las adversidades”, afirmó. Subrayó que, aunque quedan retos por delante, como la lucha contra la pobreza y la exclusión social, el país tiene los recursos y el talento necesarios para seguir avanzando.
El discurso concluyó con una felicitación navideña en las cuatro lenguas cooficiales de España, acompañada de una imagen de la Familia Real, una tradición que refuerza la conexión de la Corona con todos los territorios del país.
El mensaje de Navidad de este año será recordado no solo por su tono solemne y reflexivo, sino también por la conexión directa con los problemas más acuciantes que enfrenta la sociedad española. Desde el recuerdo a las víctimas de la DANA hasta el llamamiento a la unidad política y social, Felipe VI ha ofrecido una visión de esperanza y responsabilidad compartida en un momento crítico para el país.


