La maravillosa y nueva película de José Luis Garci, El Crack Cero, ha sido reconocida con 16 candidaturas a los prestigiosos Premios Goya. Entre esas distinciones se encuentra la de nuestro protagonista, Luis Ángel Pérez. Este apasionado cinéfilo alicantino opta a ser nominado a un Goya por su extraordinario trabajo como director de fotografía de El Crack Cero. El próximo lunes 2 de diciembre sabremos si Luis Ángel Pérez logra esta distinción por la que “está cruzando los dedos”. A pesar de confesar que trabajar junto a Garci “ha sido como estar en la nube”, este “encantador de fotos” alicantino tiene los pies en el suelo para hablar acerca de su candidatura y de su posible nominación a los premios más prestigiosos del cine español: “Ser candidato está muy bien, aunque mucha gente cree que es estar cerca de la nominación, realmente no lo es. Es compartir esa candidatura con muchos compañeros con sus correspondientes películas, si mal no recuerdo este año hay más de 120 directores de fotografía entre los que me encuentro. Estar ahí significa que estás en activo y eso ya es un logro”.
Adentrándonos en la precuela de Garci, el director de fotografía alicantino afirma que estar en El Crack Cero es “una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida. Ha sido toda una experiencia de la que he aprendido mucho y eso es algo a celebrar”. Luis Ángel Pérez detalla cómo ha sido su experiencia de trabajar “codo con codo” con José Luis Garci, el primer ganador de un Óscar en lengua castellana: “El cine es una profesión donde el ego siempre hay que echarlo del set de rodaje, sin embargo José Luis se ha mostrado de lo más humilde y cercano. Es una persona con mucha experiencia en el oficio, que escucha de verdad, es generosa y reconoce el talento. Qué más se puede pedir”. Pérez indica que “no hizo falta que Garci le convenciera” para que fuera el director de fotografía de su película. “Simplemente, nos reunimos, hablamos del proyecto, del guion, de cine, de referencias fotográficas, etc”. Precisamente, la gran sintonía que hay entre Pérez y Garci se explica en que “ambos son cinéfilos con muchos puntos en común”: “Yo pertenezco a una generación que tenía 20 años cuando se estrenó su programa en TVE Qué grande es el cine. Ese programa fue una ventana para todos los cinéfilos y sobre todo para los cinéfilos de provincias que no teníamos tantas opciones para ver películas en salas más especializadas, filmoteca.. Ese programa fue para muchos una auténtica escuela donde vimos por primera vez muchos clásicos imprescindibles, rarezas…”.
“Garci me habló, en nuestra primera reunión, de que tenía una idea que consistía en rodar la película en color, un color algo desvaído, frágil, desaturado y que en un determinado momento de la historia, la película iba transformándose, lentamente, en blanco y negro. Me preguntó cómo la veía yo, si de esta manera o toda desde el principio en blanco y negro. Fui sincero ya que justo el guion lo había leído el día antes, así que le dije que yo la veía toda en blanco y negro. Y así la rodamos”.
Uno de los aspectos más llamativos de El Crack Cero es su fotografía y su color, y ahí jugó un papel fundamental el propio Luis Ángel Pérez para que la película se hiciese en “blanco y negro”: “Garci me habló, en nuestra primera reunión, de que tenía una idea que consistía en rodar la película en color, un color algo desvaído, frágil, desaturado y que un determinado momento de la historia, la película iba transformándose, lentamente, en blanco y negro. Me preguntó cómo la veía yo, si de esta manera o toda desde el principio en blanco y negro. Fui sincero ya que justo el guion lo había leído el día antes, así que le dije que yo la veía toda en blanco y negro. Y así la rodamos”. Incidiendo en otro aspecto de imagen y fotografía, vemos que en El Crack Cero “prevalece mucho el rostro de los actores y actrices por encima del cuerpo entero”. Esto es una característica propia y homenaje al cine negro clásico norteamericano: “El Crack Cero es una película pequeña, modesta y su punto fuerte es la puesta en escena y por su puesto los actores. José Luis Garci adora a los actores, los entiende, sabe dirigirlos y tiene claro inmediatamente donde un actor flaquea o se crece”. Otro detalle es la extraordinaria recreación del Madrid de la época en la que ha sido vital la potente presencia del “blanco y negro”: “Creo que el blanco y negro ayuda mucho a potenciar esa sensación de vivir en el pasado y mostrar al espectador un retrato, en este caso de 1975, y no hay que olvidar el maravilloso trabajo de la dirección de arte a cargo de Javier Crespo y los decorados de Sebastián Brosa, que han hecho un gran trabajo. La guinda del pastel es la utilización de imágenes pertenecientes a otras películas de Garci, como El Crack 2, Solos en la madrugada… Esas imágenes han sido seleccionadas, escaneadas a una mayor resolución y tratadas para asemejarlas al resto de la película en blanco y negro”, desgrana Pérez.
“con carlos santos ya había trabajado antes, es de los mejores actores que tenemos en este país. Es creíble, camaleónico y da gusto trabajar con él. Llega al set de rodaje y la clava. Así de fácil y así de difícil”.
Sobre el reto más difícil que ha tenido que afrontar desde el punto de vista fotográfico en la película, confiesa que como en toda producción ha sido “la rapidez y la eficacia sin perder el rumbo de la historia”. En cuanto al actor y/o actriz con el que su cámara ha encontrado mayor complicidad, sostiene que “con todos ha sido realmente fácil, hemos tenido la suerte de contar con un reparto de lujo. Actores y actrices de primer nivel con los que ha sido muy fácil trabajar. Con Carlos Santos y Macarena Gómez ya había rodado anteriormente”. Precisamente al igual que con el color de la película (blanco y negro) no tuvo ninguna duda de que Carlos Santos iba a protagonizar una espectacular actuación: “Ninguna duda. Con Carlos ya había trabajado antes, es de los mejores actores que tenemos en este país. Es creíble, camaleónico y da gusto trabajar con él. Llega al set de rodaje y la clava. Así de fácil y así de difícil”.
Una de las enseñanzas que nos ha dejado El Crack Cero es que “ha logrado quitarnos el complejo que tenemos en España a la hora de hacer thriller policíacos”, resalta Pérez: “No sólo con esta película, sino anteriormente con El Crack y El Crack 2, Garci dio un zapatazo bien dado y recuperó el pulso de otros directores que ya se habían sumergido en el género negro en los 50, sobre todo en Barcelona”. Por último, el director de fotografía alicantino nos cuenta una anécdota en torno a la metodología que tiene Garci en el rodaje: “Ya me lo habían dicho, que José Luis rueda con muy pocas tomas y así fue. La economía del tiempo en rodaje era espectacular y la primera semana rodábamos muy pocas horas al día, algo que ningún técnico está acostumbrado a hacer, ya que lo normal en cine y más en publicidad es rodar bastantes horas”.
Un amante del cine clásico con inicios profesionales en Alicante y Elda
A nivel personal, su pasión por el cine le llega de muy pequeño, cuando Luis Ángel Pérez se fascinaba con las películas clásicas de Charles Chaplin y de Johnny Weissmüller en Tarzán: “Esas películas son las que ponían en Sesión de tarde y Sesión de noche los sábados cuando los niños de los años 80 crecíamos pegados a la televisión. Desde siempre he visto mucho cine y quería además dedicarme a ello”. Su pasión por el cine es tan grande que “se sigue considerando un cinéfilo antes que un director de fotografía” y recalca que no es un característica muy común dentro del sector: “Quiero reforzar la idea de que me considero un cinéfilo, aparte de dedicarme profesionalmente al cine. Esto no es nada habitual, la mayoría de gente que conozco que se dedica al cine no suele ser demasiado cinéfila”.
“En cuanto a la idea que que los fotógrafos están infravalorados, estoy completamente de acuerdo. La gente está convencida de que con un móvil o instagram uno ya es fotógrafo y eso es una falacia absoluta”.
Antes de dar el salto definitivo al cine, su periplo profesional lo inició en la provincia de Alicante: “En Elda no trabajé nunca como fotógrafo, sí fundamos unos amigos y yo una asociación y una pequeña publicación de cine. Allí nos reuníamos, hablábamos de películas, impartimos pequeños cursos y escribíamos nuestras opiniones sobre las películas que veíamos. También rodamos nuestro primer corto, en 1996 creo recordar. Años más tarde, en Alicante sí que trabaje como fotógrafo en publicidad, eventos, bodas y todo lo que te puedas imaginar. En aquella época también trabajé en varios rodajes como foto fija y haciendo las fotos para carteles de cortometrajes”. Precisamente por su condición de fotógrafo se muestra muy crítico con el auge de la era digital y de las redes sociales, y de cómo estas han afectado negativamente a los profesionales fotográficos: “No estoy nada de acuerdo con la democratización del audiovisual. Me parece que la era digital ha ayudado a mejorar la técnica sí, pero se ha perdido, a veces, cierto punto de vista. Hoy en día rodamos innecesariamente ingentes cantidades de GB en rodaje y francamente me parece un esfuerzo inútil. Creo que es mejor invertir tiempo en saber cómo lo vas a hacer e ir al grano. En cuanto a la idea de que los fotógrafos están infravalorados, estoy completamente de acuerdo. La gente está convencida de que con un móvil o Instagram uno ya es fotógrafo y eso es una falacia absoluta”. En ese sentido, cuestiona “la homogeneidad fotográfica” en los spots publicitarios, y apela a “intentar ser originales y arriesgados y no hacer lo que todo el mundo hace. A mí eso me produce distanciamiento, pereza e incluso sueño”.
Luis Ángel Pérez cree que “su dirección fotográfica no tiene un estilo determinado”, pero lo que sí puede afirmar con rotundidad es que ser director de fotografía es “el mejor oficio del mundo y soy un afortunado por vivir de la profesión que me gusta”. Además, se considera una persona “trabajadora y constaste” que “muy pocas veces está conforme con su trabajo”.
Finalmente, El Crack Cero es una maravillosa película que tiene espléndidos y divertidos diálogos, una extraordinaria recreación de Madrid, gran ritmo, intriga y homenaje al cine negro. Además de una excepcional y destacada fotografía, y, como no, una espectacular actuación de Carlos Santos y magistral dirección del maestro José Luis Garci. Una buena prueba de ellos son sus 16 candidaturas a los Premios Goya. A pesar de estos ingredientes, Luis Ángel Pérez se muestra muy prudente con los posibles Goya a la película y a su trabajo concreto en ella: “Este año ha habido una muy buena cosecha de cine español, es un año complicado porque hay un buen nivel. Veo muy complicado estar nominado. No es imposible, pero no lo veo fácil”.
“Este año ha habido una muy buena cosecha de cine español, es un año complicado porque hay un buen nivel. Veo muy complicado estar nominado. No es imposible, pero no lo veo fácil. ganar el goya sería una alegría y un empujoncito para los siguientes proyectos”.
Por último, Luis Ángel Pérez confiesa que ganar el Goya sería “una alegría y un empujoncito para los siguientes proyectos”. “Cruzaremos los dedos” para que este apasionado cinéfilo alicantino “siga en la nube” y alcance “el olimpo fotográfico” de los Goya con el El Crack Cero.
