De norte a sur y de este a oeste, pasando por el centro. El Campello vivió ayer una tarde-coche de Halloween que se recordará. En diferentes escenarios y a diferentes horarios, el municipio se lanzó a la calle para festejar una fiesta importada que ha calado hondo y que ya se considera consolidada a todos los efectos, pues cuando la iniciativa particular camina de la mano y engrandece la oferta pública de actos está claro que el éxito perdurará.
Desde el parque municipal al barrio Trinidad, pasado por la Sala Jove o el vecindario de Coveta, miles de disfraces de lo más variopinto se pudieron ver en calles y plazas, siempre acompañados de música y baile. En Muchavista, de nuevo se extendió la costumbre de niños disfrazados visitando a los vecinos y lanzando la pregunta que más les gusta por la recompensa: ¿Truco o trato?, y las bolsas se llenaron de dulces.
Actividades para los más pequeños, talleres de dibujo, desfiles improvisados para ver qué trajes era los más elaborados, maquillaje a toneladas… y todos respondiendo a la única consigna de la jornada: pasarlo bien.
