Agentes de la Policía Nacional han detenido a un hombre acusado de escupir e intentar agredir a un médico de Urgencias del Hospital General de Alicante porque se negó a hacerle una receta y a dos vigilantes de seguridad que intervinieron en el incidente, según ha informado la Comisaría en un comunicado.
El supuesto agresor, de 36 años y nacionalidad española, fue localizado y detenido en un control rutinario en la Estación de Autobuses de Elche, desde donde pretendía abandonar la ciudad. Al ser identificado, los policías comprobaron que estaba siendo buscado en relación a una investigación que se estaba tramitando en la Comisaría de Distrito Norte de Alicante.
Unos días antes, el hombre se había personado en el Servicio de Urgencias del Hospital General Universitario de Alicante, donde exigió al facultativo que le estaba atendiendo una receta para una medicación que el profesional le negó, al no poder suministrársela.
Ante tal negativa, según la Policía, se comportó “de manera extremadamente violenta” y llegó a amenazar al médico con agredirle, abalanzándose sobre él. En un momento dado, además escupió en la cara al doctor. La víctima tuvo que llamar al servicio de seguridad del hospital y fueron necesarios dos vigilantes para conseguir tranquilizar al supuesto agresor.
Posteriormente, en el Hospital se personó una patrulla de la Policía Nacional que recabó los datos del paciente. El médico fue citado en la Comisaría Norte de Alicante donde prestó declaración. Tras la comparecencia, los agentes centraron sus esfuerzos en localizar al presunto agresor para proceder a su detención como presunto autor de un delito de atentado, ya que los profesionales de la sanidad pública están considerados funcionarios públicos cuando ejercen sus funciones en el ámbito de la sanidad y la educación.
El detenido, acusado de un delito de atentado a funcionario público, fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de Elche que le puso en libertad con cargos.
Para evitar las agresiones sanitarias, la Policía Nacional ha creado la figura del interlocutor policial sanitario. De esta forma, se pretende garantizar una atención personalizada a los profesionales sanitarios que sufran violencia o amenazas en su trabajo.
A nivel nacional, el interlocutor policial sanitario se encarga de coordinar, cooperar, desarrollar y ejecutar las actuaciones relacionadas con cualquier manifestación de violencia o intimidación a personal sanitario público.
Además, es el punto de contacto permanente con los representantes de los centros médicos, colegios profesionales y autoridades territoriales competentes. A nivel territorial, otros 60 agentes desarrollan la función en las principales ciudades de toda la geografía nacional.
