El Ayuntamiento de Dénia (gobernado por PSOE y Compromís) ha respondido con una notificación oficial redactada en catalán estándar a la solicitud de dos entidades valencianistas. Estas entidades reclamaban recibir las comunicaciones en valenciano. Esta respuesta por parte del Ayuntamiento de Dénia ha generado controversia.
La petición: recibir notificaciones en valenciano
La Asociación Cívica Republicana (ACR) Vicent Balaguer y la Fundación Constantí Llombart pidieron al consistorio, específicamente al Ayuntamiento de Dénia, que, en adelante, las notificaciones administrativas se redactaran en valenciano. Hasta el momento, se enviaban en castellano.
La respuesta: catalán en lugar de valenciano
Lejos de adaptar sus comunicaciones al valenciano normativo, el Ayuntamiento remitió la notificación utilizando formas propias del catalán oriental. Ejemplos de estas formas son «detalli», «inclogui», «rebi», «esmeni», «acompanyi» o «seva». Esto ha sido interpretado por las entidades como una falta de respeto por parte del Ayuntamiento de Dénia.

Ambas organizaciones han calificado la acción de «burla» hacia el valencianismo. Consideran que el consistorio trata a los valencianos como si fueran catalanes o únicamente castellanohablantes. Pero nunca los considera como valencianos con una lengua propia.
Protesta por el modelo lingüístico
La reacción de estas asociaciones se enmarca en un contexto más amplio de defensa del valenciano como lengua diferenciada. La Fundación Constantí Llombart insiste en que la utilización de una variante dialectal ajena al territorio, como el catalán oriental, invisibiliza la identidad lingüística valenciana. Además, perpetúa un modelo centralista en la normalización lingüística. En este debate, el papel del Ayuntamiento de Dénia es crucial.
Convocatoria reivindicativa
En respuesta, han anunciado su participación en una concentración política el 29 de junio en la Plaza Jaume I de Dénia. El objetivo es exigir el respeto a la identidad lingüística valenciana. También quieren recordar la abolición del Decreto de Nueva Planta de 1707, símbolo de la pérdida de las instituciones y fueros valencianos.


