La Cooperativa Cerveses Lluna, de Alcoy, acaba de sumarse al programa Sicted, un proyecto de mejora de la calidad de los destinos turísticos del Ministerio que trabaja con servicios turísticos de hasta 36 oficios diferentes.
“Hemos entrado en turismo industrial” y la ventaja es “estar en red otros establecimientos hoteleros y hosteleros, para plantear objetivos de mejora turística en la imagen del municipio, difundir los eventos y recibir ayudas turísticas para hacer actividades y promoción de las actividades”, dice María Vicente, cofundadora de la cooperativa, junto a David Seguí. “Estar en red te hacer tirar para adelante”, asegura.
Ha sido clave su ubicación en una antigua nave industrial de 1930, ubicada en el cauce del río, y la puesta en marcha en pandemia “para sobrevivir” de un proyecto de maridaje turístico y cultural que implicó la realización de catas, conciertos o visitas al obrador.
La pandemia truncó sus planes de crecimiento, pero les permitió abrir una nueva vía de negocio. Las catas quincenales y visitas al obrador con picaeta se mantienen y también cuatro calçotades que tendrán lugar los dos últimos fines de semana de febrero y los dos primeros de marzo, previa reserva a través de la web.
La cooperativa toma su nombre “de la luna de Valencia y de la Comunidad Valenciana” “porque hay muchas cervezas dedicadas a los astros”, dice esta emprendedora. Fundada en 2007 en Agullent (Valencia) se trasladó en 2015 a Alcoy (Alicante) y llegó a emplear a cinco socios. Hoy continúan dos, con intención de incorporar a un tercero. “Es un proyecto de vida”, dice María Vicente.
“Empezamos con una clara visión transformadora para dejar la menor huella o impacto al medioambiente” y hacerlo “a través de una cooperativa de trabajo porque era la fórmula empresarial que más se adaptaba a nuestra filosofía y para generar riqueza que se quede en los trabajadores y en la zona”, explica esta artesana.
En 2008 sacaron su primera cerveza al mercado en pleno boom del producto. Actualmente la capacidad de producción anual “es de 80.000 botellas – 8000 hectolitros- que comparado con una industria es lo que hacen en un día, pero para una micro cervecería es bastante”, señala.
Cerveses Lluna se vende en el canal horeca de segmento medio alto, en restaurantes y tiendas ecológicas, vegetarianos, en Mercatremol (un mercado de productos de proximidad), o en la zona gourmet de El Corte Inglés de Alicante, Valencia y Murcia.
“La cerveza artesana está cerrando porque se cree que es un negocio fácil y rentable, pero es un negocio que requiere de tesorería por el tiempo que necesita el producto para salir al mercado”, explica María Vicente. “Y ahora también por el aumento de precios de vidrio, cartón, transporte, gas, electricidad…. En algunos casos los precios se han duplicado”, advierte.
15 años en el mercado
Este año Cerveses Lluna conmemora los 15 años de salida al mercado de su primera cerveza allá por 2008. Para celebrarlo preparan una gran fiesta para julio y han lanzado la edición limitada de cervezas artesanas y ecológicas “Bestiari 2023” con la intención de sacar tres cervezas nuevas cada trimestre.
La iniciativa les ha permitido establecer vías de colaboración con otros cerveceros artesanos o, en este caso, con la Escuela de Artes y Oficios de Alcoy, ya que las etiquetas las ha realizado la alumna de Ilustración, Denise Llorens, tras ganar el premio convocado.
Su trabajo en red se extiende a otros ámbitos. “El 15 de abril vamos a hacer una cerveza colaborativa entre mujeres de la Pink Boots Society, una asociación de mujeres cerveceras de todo el mundo”, explica. Una parte de la recaudación se destinará a la formación de las asociadas de Spain Chapter, integrada por 43 mujeres vinculadas al mundo de la cerveza a través de la producción, hostelería, ilustración o periodismo gastronómico.
