La Asociación de Vecinos Laderas de Benacantil reclama al Ayuntamiento de Alicante que apruebe la normativa definitiva para atajar el ruido nocturno en el casco antiguo de la ciudad. De nuevo este verano han tenido que dormir con tapones para conciliar el sueño, ya que en la época estival los locales nocturnos abren una hora más tarde. La escena se produce de lunes a domingo, indican los residentes. En este sentido, entre las medidas pendientes de implementar que demanda la entidad figuran la reducción de horarios de apertura.
La asociación reconoce que tras una redada de la Policía Nacional en la que se constató la presencia de menores de edad consumiendo alcohol, se procedió al cierre de varios pubs de manera temporal y se ha reducido el número de jóvenes este verano. Sin embargo todavía se produce ruido durante la noche alrededor de otros locales. “Son cuatro o cinco que crean todo el problema al casco antiguo, sobre todo en las zonas donde abren y aledaños”, relata Joaquín Gangoso, presidente de la asociación.
Los vecinos llevan décadas soportando ruidos. Se trata de la única zona de la ciudad calificada como Zona Protegida Acústica Especial, desde 2018. El pasado 27 de abril, el Pleno de Alicante aprobaba de manera provisional la Ordenanza de Protección Contra la Contaminación Acústica y Vibraciones después de crear una comisión de seguimiento ante las insistentes quejas presentadas por vecinos y empresas del casco antiguo, especialmente hoteles, afectados por las quejas de clientes.
Semanas antes de las elecciones municipales, el 1 de junio el Ayuntamiento aprobaba sus primeras medidas para atajar el problema causado por el ocio nocturno. Entre estas, suspender nuevas licencias de pubs y reducir horarios y veladores. Asimismo, informaban de la próxima aprobación del Plan Zonal Específico de la Zona de Protección Acústica Especial Casco Antiguo de Alicante junto a la aprobación de la Ordenanza Municipal de Protección Acústica. La intención es que “la nueva normativa con las medidas específicas pueda iniciar su tramitación y estar aprobada antes de finalizar el año”, indicaban fuentes municipales.
A las puertas de otoño, los residentes temen que se prolongue una situación que señalan anquilosada. “Que se apruebe de una manera definitiva la promesa electoral que se hizo” y “sobre todo que se aplique” exige Gangoso, que recuerda que sigue vigente una ordenanza contra el ruido de 1991 que nunca se llegó a poner en marcha.
