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miércoles, diciembre 3, 2025

Álvaro Boix, Premio Agricultor del 2024 de Asaja Elche por su ‘modelo rentable’ de cultivo y venta directa

Sus hortalizas y cítricos cuentan con un gran arraigo y aceptación en los diferentes mercados de Santa Pola, El Altet y Elche donde comercializa lo que él mismo cultiva, controlando toda la cadena alimentaria

La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Elche otorgará este sábado, 1 de marzo, el Premio Agricultor del 2024 a Álvaro Boix Valero por «impulsar un modelo rentable de agricultura y venta directa».

La entrega se producirá en el marco de la tradicional Nit del Camp d’Elx, que cada año reúne a socios compromisarios, agricultores y ganaderos, empresarios del sector agroalimentario, comunidades de regantes, así como representantes políticos y miembros del Ayuntamiento de Elche, encabezados por el alcalde Pablo Ruz.

Durante la velada, el presidente de Asaja Elche, Pedro Valero, anfitrión del evento, ofrecerá un discurso sobre la situación actual del Camp d’Elx, para abordar los problemas que enfrenta el sector y posibles soluciones, según ha informado la entidad agraria en un comunicado.

Agricultor de segunda generación

El galardón ha recaído este año en Boix, un agricultor de segunda generación, procedente de la pedanía ilicitana de Asprillas, que lleva desde que era un niño inmerso en la actividad agraria, observando y aprendiendo de sus padres.

Álvaro Boix, el Cosechero, tal y como le conocen en la zona, produce una amplia variedad de productos de calidad, desde alcachofas, patatas, tomates, habas, lechugas, escarolas, cebollas, ajos tiernos, pepinos, judías, pimientos, berenjenas y alficoces hasta naranjas. Estos cultivos están distribuidos en aproximadamente 15 hectáreas y 7.000 metros de invernadero, todos ubicados en Asprillas.

El galardonado «lleva la agricultura en el ADN y nunca ha querido dedicarse a otra cosa». Según Asaja Elche, «la perseverancia y no dejarse vencer por cualquier adversidad, que son muchas, forman parte de la filosofía diaria de su trabajo», que comparte con su esposa Paqui, más centrada en labores de venta, mientras que él está en el bancal e invernaderos, aunque también se le puede ver en los puestos de los mercados situados en puntos como Elche, Santa Pola y El Altet.

«Juntos forman un tándem dedicado a la cosecha de frutas y hortalizas que comercializan de forma directa, sin intermediados, en las mencionadas localidades, donde cuentan con un gran porcentaje de clientes fieles», subrayan desde la entidad agraria.

Boix, de 54 años, «disfruta y potencia la agricultura de cercanía y la venta directa». El premiado ha admitido que le apasiona el trato con la gente: «Cuando yo vendo un género mío es como si estuviese dando un trozo de mí».

Desde Asaja Elche consideran que la «clave de su éxito» ha sido construir «un modelo de negocio rentable que le permite controlar toda la cadena alimentaria, desde el inicio del ciclo de cualquier cultivo hasta su recolección, incluida la venta directa al consumidor».

El premiado recuerda con especial cariño cómo los vecinos y clientes se volcaron con sus productos durante la pandemia del covid-19: «Para mí ha sido una suerte tener mucho campo y trabajo para entretenerme, además de cumplir una función social imprescindible, porque había que sacar género y llevarlo a los almacenes o a la lonja. La gente tenía que comer, pero como los mercados donde nos solían comprar cerraron, empezaron a llamarnos diciendo que querían comprar nuestros productos».

En ese momento, con los medios que tenían, Álvaro y Paqui montaron un servicio de reparto a domicilio que les supuso una «gran satisfacción personal y profesional». Ante esta situación, Cosechas Boix «supo adaptarse del mismo modo que afronta con valentía las dificultades comunes del sector, sobre todo en la provincia de Alicante, donde el agua es un gran caballo de batalla», según ha apuntado la entidad agraria.

«Difícil burocracia»

El productor ilicitano galardonado se muestra «muy crítico» con la Unión Europea (UE), sobre todo con «la difícil burocracia que impone, que no hace más que entorpecer el trabajo de las personas que quieren producir alimentos de cercanía y de calidad».

«Parece que quieran frenar nuestra labor. El género cuesta un dinero hacerlo y si lo quieres hacer bien, si lo quieres hacer bueno, te cuesta el doble. Eso la administración no lo tiene en cuenta», ha destacado.

Para Boix, este premio es una «gran recompensa» a toda su trayectoria, y ha destacado la labor de los técnicos de Asaja Alicante, «quienes desde sus diferentes departamentos resuelven con agilidad problemas» y le permiten «seguir formándose para cumplir con todos los requisitos que requiere la administración».

Aunque sus tres hijos no se dedican al sector agrario, no descarta que alguno de ellos acabe tomándole el relevo: «Aún son jóvenes, están conociendo mundo y haciendo sus carreras. Aquí siempre tienen una puerta abierta para forjar su futuro».