Nos hallamos en puertas de unas elecciones históricas en las que el 28 de abril vamos a decidir el futuro de país que queremos construir. También el futuro de nuestra provincia. Los abanderados de la resignación y del “no se puede” nos dijeron que no se podía subir las pensiones, que no se podía echar a Mariano Rajoy y que no se podía entrar en las instituciones.
Pero la realidad se ha impuesto a las pretensiones de la ficción política y hemos demostrado qué si era posible, que daban los números y logramos echar del gobierno a M. Rajoy y al Partido Popular, el más corrupto de la historia de la democracia, como así lo avalan los tribunales de justicia.
Durante la pasada legislatura, hemos presentado más de tres mil iniciativas, lo que supone un 31% de todas las que han llegado a la Cámara. Si tenemos en cuenta que el grupo Confederal de Unidas Podemos ha representado el 19 % de los escaños del arco parlamentario, esto da una idea de lo mucho que se ha trabajado. De todas las iniciativas nuestras, 94 han sido Proposiciones de Ley lo que nos permitiría comenzar a gobernar al día siguiente de las elecciones.
El reto para Podemos no era solo desalojar al PP de las instituciones, sino hacer realidad nuestros compromisos con la ciudadanía, tales como el SMI (salario mínimo interprofesional) el subsidio para las personas mayores de 52 años, la actualización de las pensiones vinculadas al IPC. En definitiva, mejorar la vida de muchas familias alicantinas y españolas. A pesar de lo conseguido, nos sabe a poco. Lamentablemente nos hemos quedado a mitad del camino, en parte por la estrategia victimista de los partidos independentistas y en otra, por la falta de audacia del gobierno de Pedro Sánchez.
Ahora afrontamos el futuro con una propuesta de horizonte en verde y morado para Alicante en los próximos años, con la mirada puesta en el 2040. Ello se concreta básicamente en un plan hidrológico forestal para revertir la desertificación de nuestra provincia. Lo basamos en la optimización e interconexión de las centrales desaladoras, la remunicipalización de los servicios de agua, y la inversión en el desarrollo de la tecnología del agua para uso agrícola, industrial y doméstico.
En la misma línea, proponemos un plan de movilidad sostenible basado en un desarrollo mallado de las infraestructuras ferroviarias de cercanías (articulación interior/costa, intermodalidad de la ciudad de Alicante, conexión con el Altet, soterramiento vías y construcción variante de Torrellano).
En el horizonte morado situamos la economía de los cuidados, esto pasa por la derogación de la Reforma Laboral de 2012, acabar con el fraude de la temporalidad prohibiendo la concatenación de contratos temporales, la reducción de la jornada laboral a 34 horas semanales manteniendo los salarios y el aumento del SMI a 1200 euros durante la legislatura, es decir, al 60% del salario medio, tal y como establece la Carta Social Europea.
Y todo ello no será posible sin una renegociación de la financiación autonómica, y sin una condonación por parte del Estado de la deuda valenciana. Pero difícilmente las inversiones se harán realidad en Alicante si además no se da una mayor justicia fiscal en todo el Estado, haciendo que bancos, eléctricas y grandes empresas comiencen a aportar al erario público lo que les corresponde, según estándares europeos.
Un Alicante en verde, un Alicante en morado está en juego. Quiero aprovechar este espacio que me brinda el Diario de Alicante para compartir una reflexión: los avances y derechos de los alicantinos y alicantinas han sido siempre conquistas, nadie nos ha concedido nunca nada, los hemos ganado a pulso, y a pulso seguiremos construyendo el futuro que nos merecemos.
Txema Guijarro García, candidato al Congreso de Unidas Podemos por Alicante
