La Comunitat Valenciana ha vuelto a registrar una noche y madrugada tórrida, con mínimas de 27 grados en el municipio de Rojales y de 26,4 grados en Alicante, que es, con la del 27 de julio de 2022 -que marcó la misma mínima- la noche más cálida en un mes de julio desde que hay registros en la ciudad.
En el aeropuerto de Alicante-Elche, que tiene datos desde 1967, la mínima de hoy, 26,8 grados, es la segunda más alta en un mes de julio, solo por detrás de los 27,1 del 30 de julio de 2015, según los datos, todavía provisionales, de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Mínimas significativas de esta madrugada
Otras mínimas significativas de esta madrugada han sido los 26,2 grados que se han registrado en Benidorm y en Miramar; los 26.1 grados de Xàbia; 26 grados de Pego; 25,8 grados de València; 25,6 grados de Castelló de la Plana y Orihuela; los 25,4 grados de Novelda; 25,2 grados de Carcaixent y los 25,1 grados de Xàtiva.
Aemet informa asimismo de que el viento húmedo de gregal (nordeste) deja a esta hora los cielos muy nubosos o cubiertos.
Mínimas muy altas
Tanta nubosidad y la entrada de aire que se está deslizando sobre un mar anormalmente cálido en estas fechas ha dado lugar a unas mínimas muy altas, sobre todo en el litoral de Alicante, aunque el viento ha podido proporcionar algo más de confort térmico que cuando está en calma.
Aemet indica que aunque el viento es de nordeste, deslizándose por el mar, la humedad no es muy alta, entre 50 y 60 %, lo que también contribuye a una sensación de mayor confort térmico a pesar de que las mínimas han sido muy altas.
Asimismo señala que no es descartable que el olor a humo que se está percibiendo en la ciudad de València provenga del incendio forestal de Paüls, en Tarragona.
Las retrotrayectorias calculadas del aire que llega a la ciudad indican procedencia del Ebro girando en sentido horario hasta penetrar por el litoral.
La fuerte inversión térmica existente en capas bajas, por debajo de 1.500 metros, favorece además hoy que cualquier aerosol, contaminante o humo generado en superficie quede confinado en el estrato más bajo de la atmósfera.
