Zancudos, grupos de baile, fuego y muchos músicos definen los boatos. Estos acompañaron ayer a los capitanes cristianos y moro de las fiestas de El Campello en la primera de las entradas. Esta se celebró en una tarde con un tiempo magnífico para disfrutar de majestuosos trajes y un desfile espectacular. Hubo mucho colorido y simbolismo a raudales, lo que atrajo la atención de miles de personas. Estas llenaban la avenida de la Generalitat, donde se sitúan tanto las tribunas de autoridades, invitados y Junta Festera como sillas para el público.








Muchas de ellas eran visitantes, y eso explica las dificultades que había en el municipio para encontrar una plaza de aparcamiento para el vehículo. Esto se traduce en que las fiestas de Moros y Cristianos constituyen un atractivo que genera riqueza y mucha animación.
Cuatro horas de espectáculo
Cerca de cuatro horas duró la entrada cristiana-mora. Este desfile recorrió su circuito habitual en pleno centro urbano. Participaron cientos de músicos integrados en bandas y collas de poblaciones de la Comunidad Valenciana, haciendo sonar con sus instrumentos las marchas y piezas seleccionadas.
Con más de 2.000 personas desfilando (festeros y figurantes) el desfile se convierte en un espectáculo. Este se repetirá esta tarde, con la segunda y última entrada, la mora-cristiana.
Todos y todas luciendo vestimentas espectaculares y maquillajes que precisan horas de trabajo y consiguen impactar en el público.






Carrozas
Las carrozas transportaban a capitanes, bandereras y embajadores de las comparsas Cavallers de Conquesta (bando cristiano) y Non Bebec (bando moro). Son siempre muy esperadas, y no defraudaron.
Una exhibición de magia y color que impactó, sobre todo a los visitantes extranjeros, que asombrados captaron muchos momentos con sus cámaras o teléfonos móviles. Imágenes que dan la vuelta al mundo en cuestión de segundos.


