El diputado de Compromís en Les Corts Valencianes Juan Bordera es uno de los 21 activistas españoles de la Flotilla Global Sumud liberados por Israel tras haber firmado el documento aceptando que su entrada en el país fue ilegal.
Así lo han confirmado fuentes de la coalición, que han celebrado la liberación de varios miembros de la flotilla, y han afirmado que Bordera «ya está volando de vuelta después de haber sido detenido ilegalmente».
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha avanzado este domingo que un grupo de 21 activistas españoles de los 49 que formaban parte de la flotilla retenidos por Israel saldrían este domingo de Tel Aviv, y posteriormente ha informado de que ya volaban hacia España.
Compromís ha exigido al Gobierno de Israel que «libere de manera inmediata al resto de miembros de la flotilla que todavía mantiene secuestrados, así como la entrega de la ayuda humanitaria incautada».
Desde la coalición ha expresado su «profundo orgullo por el compromiso y valentía en la defensa de los derechos humanos y la justicia global a través de la flotilla».
«La Sumud Flotilla ha conseguido un impacto histórico, despertando conciencias en toda Europa con manifestaciones masivas en las principales ciudades y otras muchas localidades», han destacado.
Asimismo, han señalado que esa iniciativa para llevar ayuda humanitaria a Gaza «ha puesto en el centro del debate el genocidio que el gobierno de Israel está perpetrando contra el pueblo palestino».
«La causa palestina se ha convertido en decisiva para el futuro de todas las personas que habitamos el planeta. Su destino será el nuestro si no paramos el genocidio y si no conseguimos, entre todas y todos, que el pueblo palestino recupere su tierra y soberanía», han advertido.
Compromís ha denunciado también «la actitud del Gobierno valenciano del PP, con Carlos Mazón al frente, y de la Presidencia de Les Corts, en manos de Vox», por haberse «alineado de una manera vergonzosa con aquellos que han secuestrado ilegalmente a nuestros compañeros y compañeras, mostrando una incapacidad absoluta para condenar el genocidio que sufre el pueblo palestino».
«Esta posición es una vergüenza para nuestra democracia y un desprecio a los valores de justicia y solidaridad que tendrían que guiar cualquier institución democrática», han manifestado.


