El president de la Generalitat, Carlos Mazón, ha apelado a “la unidad y la colaboración de las regiones europeas para superar los desafíos del sector vitivinícola y asegurar un futuro próspero para todos” durante su intervención en la constitución del Intergrupo del Vino del Comité de las Regiones, del que forma parte la Comunitat Valenciana.
Mazón ha destacado la importancia de la participación de nuestro territorio en este grupo “para defender el sector del vino en la Comunitat Valenciana y más de 32.000 puestos de trabajo”.
El jefe del Consell se ha referido a los retos que afronta el sector, entre los que ha destacado el relevo generacional, condiciones justas para los productores, la necesidad de invertir en formación e investigación o la diversificación de marcados.
Asimismo, ha advertido que los aranceles de Estados Unidos a los vinos de la Unión Europea “afectarán a nuestra competitividad en el mercado estadounidense”. Por ello, ha considerado “crucial” que las regiones vitivinícolas europeas “mantengan la unidad y busquen soluciones conjuntas porque solo de este modo podremos enfrentar con garantías estos desafíos y salir fortalecidos”.
Al respecto, ha abogado por “parar la guerra arancelaria y evitar una asimetría en esos aranceles para los países de la Unión Europea para no generar distorsiones en la competencia entre los propios países europeos, vulnerando el principio de unidad de mercado que define nuestra unión”.
Pilar de nuestra economía e historia
El jefe del Consell ha iniciado su intervención poniendo en valor “el carácter único y excepcional” del sector vitivinícola de la Comunitat Valenciana como “uno de los pilares de nuestra economía, historia y señas de identidad”.
En este sentido, ha destacado que nuestro territorio se posiciona como la cuarta región española en términos de superficie de viñedo con más de 62.000 hectáreas dedicadas al cultivo de la vid, concentrando el 6,6% de la superficie nacional, al tiempo que ha recordado la capacidad exportadora de la Comunitat Valenciana en este sector “con cerca de 700 empresas que generan más de 32.000 empleos”.
Finalmente, ha ensalzado el sector vitivinícola de nuestro territorio por ser “sinónimo de vida en nuestras zonas rurales, de sostenibilidad ambiental, cohesión social y equilibrio territorial”, destacando su importancia en el ámbito de la cultura y turismo.
‘Profunda preocupación’
Los miembros de este grupo quieren expresar «su profunda preocupación por la amenaza de aranceles de represalia sobre los vinos estadounidenses y los recientemente anunciados aranceles punitivos estadounidenses sobre los vinos, los vinos espumosos y las bebidas espirituosas europeos».
«Es importante señalar que los productores de vino de la UE han invertido importantes sumas de dinero en los últimos diez años, especialmente en el mercado estadounidense. La lógica detrás de estas inversiones cofinanciadas de la UE en el mercado estadounidense debe reconsiderarse, si las ventas de vinos europeos en los Estados Unidos colapsan», añaden.
Unas regiones que ahora ven «inaceptable que la UE incluya los vinos estadounidenses en su lista de posibles aranceles de represalia en la actual disputa comercial».
«Esperamos que la Comisión Europea, en nombre de todos los Estados miembros europeos, entable negociaciones con los Estados Unidos para resolver estas disputas comerciales y garantizar que el sector vitivinícola se mantenga al margen de ellas», añade el texto, que apela a reforzar «la cooperación entre las regiones europeas».
Eliminar el vino, el vino espumoso y las bebidas alcohólicas de la lista de aranceles de represalia de la UE; llevar a cabo negociaciones diplomáticas inmediatas con los Estados Unidos para evitar los aranceles punitivos estadounidenses previstos para estos productos; y elaborar un informe a escala de la UE sobre el impacto económico de estos aranceles con el fin de desarrollar contraestrategias adecuadas son algunas de las peticiones recogidas en este punto.
Se pide, igualmente, «garantizar la competitividad a largo plazo del sector vitivinícola mediante programas de apoyo específicos y estrategias de desarrollo del mercado»; así como «reconocer que el vino, como un bien cultural tradicional, ocupa una posición única dentro del ámbito de las bebidas alcohólicas».


