Un hombre acusado de maltratar y agredir sexualmente de forma continuada a su pareja sentimental se enfrenta a una petición de condena de 15 años de prisión, tras el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Alicante.
La Fiscalía ha confirmado su posición inicial y ha ratificado su solicitud de pena para el encausado tras mantener que desde el principio de la relación de convivencia, de 13 años de duración, el acusado adoptó una actitud de control hacia la víctima, que se materializaba en circunstancias como la vigilancia de su teléfono móvil, el uso de las redes sociales, sus vinculaciones con terceros e incluso sobre el dinero que ella se podía gastar.
De igual modo, el ministerio público ha sostenido que el procesado también acudió a lugar de trabajo de su pareja -una clínica de estética- con la intención de vigilarla y que, incluso, se habría dirigido a sus pacientes con la intención de humillarla.
Fruto de esa actitud, la mujer fue despedida de su trabajo en 2019, según ha corroborado la responsable de la clínica, al prestar declaración en el juicio, quien ha sostenido que en otras ocasiones el encausado también había acudido a alguna cena de empresa organizada con los compañeros de la clínica. Esos episodios propiciaron resultaron inasumibles hasta que motivaron el despido de la presunta víctima, según ha relatado la testigo.
Además, la Fiscalía ha sostenido que durante la relación, el procesado la agredía sexualmente y que después de interrumpir su relación de convivencia, en torno al año 2022, continuó manteniendo contacto con ella y tratando de ejercer su control sobre ella mandándole mensajes con insultos y amenazas a través de aplicaciones telefónicas.
La Fiscalía ha reiterado para él la solicitud de condena por un total de quince años y diez meses de prisión al considerarle autor de un delito continuado de agresión sexual, dos delitos de maltrato y un delito de amenazas.
Todo después de que la víctima haya explicado el trato recibido por el encausado al prestar testimonio en la vista, y que los informes periciales practicados por los psicólogos que la reconocieron hayan apuntado que la mujer sufre un síndrome de ansiedad leve como consecuencia de los hechos.
Por su parte, el acusado ha negado tanto las agresiones sexuales como que hubiese tratado de ejercer un control sobre su pareja. Además, al hacer uso de su derecho a la última palabra, ha pedido perdón por el daño que hubiese podido ocasionar a la víctima.
En esta línea, su defensa ha solicitado la libre absolución y, alternativamente, en el caso de que se dictase una sentencia condenatoria, ha recalcado que debería tenerse en cuenta que el procesado tenía problemas con la bebida como posible circunstancia atenuante.


