Propietarios de establecimientos de restauración de Benidorm ven con preocupación la falta de personal ya en este pistoletazo de salida de la temporada alta que trae la Semana Santa. La Asociación de Bares, Restaurantes, Cafeterías y Ocio Nocturno de Benidorm y Comarca (ABRECA) cifra en 2.000 los profesionales que necesita el sector comarcal en Semana Santa en un 2023 en que «está habiendo mucha más afluencia de lo que normalmente hay», señala su gerente Diego Salinas.
Hay nervios en el empresariado, explica. Y, como ejemplo, la situación de estos días en que la asociacion se encuentra inmersa en la preparación de las III Jornadas del Atún que tendrán lugar del 12 al 21 de mayo. «Ayer -miércoles, 5 de abril- estuve intentando captar gente para las jornadas del atun y estaba todo el mundo agobiadísimo». El comentario más escuchado es: «No tengo gente y no hacen más que llegar turistas».
La situación se puede agravar de cara a verano, cuando ya el año pasado necesitaron 4.000 profesionales. Sobre todo en Benidorm donde el turismo «es un goteo continuo» y en un año en que afirma que los visitante británicos han prolongado su estancia hasta fechas más tarde que otros años, coincidiendo en Semana Santa con el visitante nacional. Cuando llega la época estival «las plantillas que tenemos ya llevan un cansancio acumulado. Y en cuanto empiece agosto, que los meses de junio y julio son fuertes en Benidorm, vamos a tener yo creo que la misma espantada -de trabajadores- que pasó el año pasado, pero peor».
Hasta el momento el sector había recurrido a estudiantes pero ya no hay «una afluencia para los picos de verano que prueben con su primer trabajo y con una experiencia de cara al público».
Otro colectivo tradicional, el de los migrantes, con las nuevas legislaciones «tienes que estar dos años aquí para luego empezar a legalizarte con lo cual, estas dos años sin darte de alta, así que hemos tenido competencia desleal con establecimientos que tenían un montón de gente sin regularizar. Entonces digamos que la normativa eso lo favorece, o por lo menos lo favorecen en los dos primeros años, cosa que perjudica al resto de la hostelería». «Al final se tira de la raza de la gente que tienes en plantilla», añade Diego Salinas.
La situación no es halagüeña manifiesta el gerente de la patronal. «Creo que este verano romperá Benidorm. Alicante lo pasará mal pero puede ser que aun podamos aguantar otra temporada. Dede luego, Benidorm no. No sé cómo vamos a llegar a final de temporada».


