La prohibición en el Reino Unido de reunirse dos o más personas que no vivan bajo un mismo techo bajo pena de multa ha disparado las críticas hacia el gobierno de Boris Johnson. Porque los británicos han interpretado que se les veta tener relaciones sexuales con personas con las que no se convive.
La sex ban o prohibición sexual se incluye entre las directrices de comportamiento aprobado el pasado lunes por parte del Gobierno conservador de Johnson, con el objetivo de frenar la propagación del coronavirus en el Reino Unido. El objetivo principal de la medida es garantizar la salud de la población en el país más castigado por la pandemia en Europa, al registrarse casi 40.000 muertes y cerca de 280.000 contagios.
Algunos medios sensacionalistas interpretan que el veto a las reuniones en el interior de un lugar público o privado de dos o más personas que no convivan en el mismo domicilio es una “prohibición de echar un polvo” extraconyugal.
Pero el secretario de Vivienda, Simon Clarke, aclaró a la radio LBC que de lo que se trata es de “asegurarnos de que la gente no pase la noche fuera de su casa”, Cuando se le preguntó a Clarke si se permite a las parejas tener relaciones sexuales al aire libre, el secretario de Vivienda rió y dijo: “Es justo decir que el riesgo de transmisión del coronavirus es mucho menor al aire libre que en interior, pero obviamente no animamos a la gente a hacer algo así al aire libre en este momento ni en ningún otro”.
En las redes sociales no faltan las bromas sobre el bautizado como sex ban, y hay quien hace referencia a la vida personal de Boris Johnson, que acaba de ser padre de nuevo. En todo caso, vulnerar la ley puede suponer una multa de 120 euros.
