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sábado, 27 abril 2024

El reto de la independencia

Serafín Serrano es presidente de la Comisión Provincial de Túpatria en Alicante

Les aseguro que después de leer este artículo alguno de ustedes descubrirá que esto de querer dejar de ser español y solicitar la independencia, estableciéndose como Nación… quizá carezca de ese matiz extraordinario e ideológico-romántico que aparenta (o se nos quiere mostrar).

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Aunque inicialmente consideremos que sólo Cataluña, País Vasco, Navarra o Galicia tienen entidad jurídica e interés legítimo propios como para reclamar la  autodeterminación, si los resultados de este proceso demostrasen que el fruto de independentismo es lucrativo sólo es cuestión de tiempo que surjan numerosos colectivos reclamando ese mismo derecho. 

Porque cualquiera puede establecerse como nación. Es sólo cuestión de tiempo y de dinero. Y la fórmula de esta afirmación la facilitó el sarcástico periodista gallego Julio Camba en un artículo publicado en 1918. En el mismo ofrecía hacer de Getafe una nación. Y sólo necesitaba 15 años y un millón de pesetas.

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Una nación se hace lo mismo que cualquier otra cosa. Es cuestión de quince años y de un millón de pesetas. Con un millón de pesetas yo me comprometo a hacer rápidamente una nación en el mismo Getafe. Me voy allí y observo si hay más hombres rubios que morenos o si hay más hombres morenos que rubios, y si en la mayoría, rubia o morena, predominan los braquicéfalos sobre los dolicocéfalos, o al contrario.

Es indudable que algún tipo antropológico tendrá preponderancia en Getafe, y este tipo sería el fundamento de la futura nacionalidad. Luego recojo los modismos locales y constituyo un idioma. Al cabo de unos cuantos años, yo habría terminado mi tarea y me habría ganado una fortuna. Y si alguien osaba decirme entonces que Getafe no era una nación, yo le preguntaría qué es lo que él entendía por tal y, como no podría definirme el concepto de nación, le habría reducido al silencio.”

Y llegados a este punto ¿quién no recuerda a Jordi Pujol, político y uno de los principales líderes del nacionalismo catalán?. Y si bien el fundador del partido Convergencia Democrática de Cataluña  nació 12 años después de que  esta publicación viera la luz, su actividad política y económica podría hacernos pensar que fue un leal seguidor de la doctrina del articulista gallego.

Nunca sabremos si la clave del ímpetu y la tenacidad del político catalán se encontraba en una frase concreta de la mencionada publicación “al cabo de unos cuantos años, yo habría terminado mi tarea y me habría ganado una fortuna”, pero lo cierto es que algunos medios cifran el patrimonio de la familia Pujol, tras sus 23 años al frente del gobierno de la Generalidad Catalana, en más de 3000 millones de euros que ha mantenido ocultos en distintos paraísos fiscales como Panamá o Belice.

Desarrollado este preámbulo se me plantea la siguiente disyuntiva: ¿y si consideramos hacer de Biar (por ejemplo) una nación?. No olvidemos las palabras de Camba: “una nación se construye, como cualquier otra cosa”.  Para ello sólo es necesario manipular e inventar una realidad a la carta, siguiendo la hoja de ruta marcada por el escritor, alguien que esté dispuesto a hacerlo y recursos para ello.

Imagínense un Biar con identidad propia y diferenciada. Una nación que reciba millonarias ayudas para establecer una estructura gubernamental. Un territorio que se rebele contra la opresión de España en defensa de sus intereses nacionalistas e independentistas… de su histórica “identidad”.

Y si alguien osase cuestionar que Biar no es una nación… sólo habría que recitar las últimas palabras del artículo de Camba.

Así que… ¡Viva la República Independiente de “Biar”!