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miércoles, 8 mayo 2024

¿Quién se queda con el perro cuando hay una separación de pareja?

El presente diario ha entrevistado a Juan Antonio Méndez, perito judicial cinológico, para obtener información detallada sobre la custodia de perros cuando una pareja se separa. Forma parte de la Asociación de Peritos Criminalistas de España.

La figura del perito cinológico nace en 2017, avalada por ACPE (Asociación de Peritos Criminalistas Españoles), para atender todos los litigios en donde un perro esté presente (no gestionan casos con otro tipo de animales, en cuanto a custodia se refiere).

El que tiene la propiedad del animal, chipado y con la cartilla a su nombre, normalmente se queda con él”, aclara Juan Antonio Méndez, perito judicial cinológico. Sin embargo, la polémica surge cuando la otra persona es la que se ha estado haciendo cargo del perro, respecto a sus necesidades alimentarias y veterinarias se refiere. Es entonces, cuando puede contactar con un experto para que elabore un informe favorable para reclamar la custodia del animal. 

Para redactar el informe pericial, el experto debe comprobar el vínculo que tiene el perro con ambas personas. También puede incluir un informe veterinario. Luego ya depende de la decisión de un juez, que puede variar dependiendo de si hay niños en el hogar, por el vínculo que crean con los perros.

Es un proceso muy laborioso (que puede tardar dos meses por los trámites burocráticos), y el juez suele decantarse por la parte que se ocupa del animal. Y si hubiera niños atiende al bienestar de los mismos y de la persona que los tenga en custodia.

Juan ramón méndez, pErito cinológico

Méndez explica que “es preciso estudiar cada caso detenidamente, puesto que el perro resida en dos casas no es lo mejor para él”.

Por ejemplo, si el perro ha estado viviendo durante años en un chalet, con mucho espacio para correr y, al separarse la pareja, tiene que vivir con su propietario o propietaria, que reside en un piso, supondría un gran cambio para el cánido, que podría repercutir negativamente en su comportamiento. Por lo que si la otra parte siguiera viviendo en el chalet y reclamara la custodia, el juez podría fallar a su favor, primando el bienestar del animal sobre la titularidad. 

“Recomendamos que, ante una separación, los cambios para el perro sean los mínimos. Es importante que viva en un espacio parecido y las circunstancias diarias no cambien extremadamente”, aconseja el perito.