El Ayuntamiento de El Campello ha hecho un llamamiento a la calma tras el olor a gas que se detectaba este martes en el CEIP Rafael Altamira y que movilizó con inmediatez a los servicios municipales y a la empresa de mantenimiento, Grupo Tecmo, que realizaron sendas inspecciones. En rueda de prensa, el alcalde, Juanjo Berenguer, ha señalado que el mismo martes quedó patente con dos verificaciones, una ante la dirección del centro, que la incidencia afecta solamente a la caldera de calefacción y no a la de la cocina. Y que ese mismo día se pudo haber solventado.
Berenguer ha explicado que la directora ha preferido esperar a las vacaciones de Semana Santa para subsanar la «combustión deficiente» de la caldera, cuando no haya alumnado en las aulas. Durante su comparecencia con los ediles de Educación, Dorian Gomis, y de Servicios y Mantenimiento, Rafa Galvañ, ha lamentado además, tanto la actuación del centro como el eco que ha tenido este suceso en las redes sociales, donde se han proferido acusaciones contra los dirigentes locales.
En la sala de prensa estaban presentes también (aunque no han intervenido) dos de los técnicos que se movilizaron «ante una posible emergencia, que no era tal». Se trataba del Arquitecto Técnico Municipal y el Ingeniero Jefe Industrial Municipal Posteriormente.

Los hechos se originaron este martes, alrededor de las 12 de la mañana cuando la dirección del colegio comunica al Ayuntamiento que se ha detectado una “fuga de gas”, según se ha dado a conocer en el encuentro informativo.
En un informe elaborado por la adjudicataria del mantenimiento Grupo Tecmo, que ha facilitado el Consistorio, se detalla que «se llevó a cabo una inspección completa de la línea de suministro de gas del centro, sin detectarse ninguna fuga en la instalación». Asimismo, «se revisó el estado y funcionamiento de la caldera que alimenta el sistema de calefacción por radiadores, detectando una combustión deficiente, responsable del olor percibido en las instalaciones. Por motivos de seguridad, se procedió a dejar la caldera apagada».
Adicionalmente, prosigue el documento, «se realizó una segunda comprobación en presencia de la directora del centro, confirmando la ausencia total de fugas de gas». Por otra parte, manifiesta el escrito que «a lo largo de la intervención, se dieron situaciones que entorpecieron la labor del técnico, debido a la actitud poco colaboradora de la directora del centro. Como consecuencia, no se pudo realizar la reparación de la caldera en el momento».

El primer edil ha afirmado, en este sentido, que «el personal del centro reconoció desconocer el contenido del Plan de Autoprotección del Centro y se le explica que en estos casos lo primero que hay que hacer ante cualquier sospecha es cerrar la llave general de la acometida de gas. Pero en la realidad es que ese personal aseguró desconocer la ubicación de esa llave general y en ese momento por parte de los técnicos de este ayuntamiento se le explicó adecuadamente».
También ha revelado que «el primer técnico estuvo esperando en el acceso principal del centro hasta 8 minutos para que alguien le abriera la puerta. Sorprendente fue la respuesta del conserje al ser preguntado por la tardanza: tenía órdenes de la directora de «no abrir la puerta«, dijo literalmente».
La dirección del centro emitía un comunicado a las familias ayer miércoles, 12 de marzo, en el que se informaba que realizaría una modificación del menú «ya que desde el Ayuntamiento no han remitido un al centro escolar el certificado donde nos diga que se puede hacer uso (del gas de la cocina». Dicho certificado, se emitió según la edil de Educación a las tres de la tarde, mientras que la presidenta del AMPA , María José Leonís, ha aseverado a los medios que esta mañana ha recibido noticia del colegio de que ya lo tenían.
El primer edil ha criticado también el contenido de este comunicado del centro y desde el Ayuntamiento señalan que las familias han recibido «información no veraz y contradictoria» y tilda de «menosprecio» la actitud de la dirección ante el trabajo técnico.
«No sé yo si por ansia de protagonismo o por lo que ha impuesto en la sociedad española por generar alarma donde no la hay, o por cualesquiera otros motivos, a las familias del alumnado les llega una comunicación de la dirección del centro en la que les comunica que no se ha podido encender el gas de la cocina y que, por tanto, era “necesario” (y sigue siendo literalmente) “realizar una modificación del menú del alumnado”, señalando al Ayuntamiento por no hacerle llegar el certificado “donde se diga que se puede hacer uso de él”, ha aseverado.
Y prosigue con dos puntualizaciones sobre la anterior afirmación: «Primera: el diagnóstico que le trasladaron los técnicos a la directora no era suficiente para ella, lo que yo entiendo como un absoluto menosprecio a su trabajo profesional. Segunda: si la cocina no está operativa, es por decisión de esa dirección, que tendrá que explicar sus motivos».
Berenguer ha reconocido que ha habido preocupación por la reacción en redes sociales a raíz de lo acontecido en el colegio y que «de forma inmediata se aprovecharon algunos colectivos que inundaron las redes sociales con comentarios del tipo “Así trabaja y pone en peligro al alumnado el queridísimo Ayuntamiento de El Campello”, mientras preguntan abiertamente si estamos esperando que ocurra alguna desgracia para actuar. O “Panda de sinvergüenzas”, “Asesinos” y otras lindezas… además de amenazas del tipo “Si pasa algo, que se vayan del pueblo por la cuenta que les trae”. Esos comentarios se trasladarán a quien corresponda, por supuesto. Y todo, a partir de una comunicación tan desacertada como errónea, manipuladora y malintencionada», ha apostillado.
En lo concerniente al mantenimiento del centro, ha recordado que hay un proyecto de rehabilitación del centro escolar, adscrito al Plan Edificant por valor de tres millones de euros que está en fase de adjudicación después de que las empresas presentaran sus propuestas el pasado mes de enero.
El AMPA afirma que el centro ha protegido al alumnado
Por su parte la presidenta del AMPA, María José Leonís ha indicado, por su parte, que las familias «pueden estar más o menos conformes con la actuación de la dirección del colegio, pero entendemos que lo que han hecho ha sido proteger a nuestros hijos, que era evacuar los del centro en el momento en que olieron gas, no solo ella, sino el personal y el alumnado». Añade que han aplicado el protocolo de emergencia «que lo practican además varias veces al año y lo tienen bien estudiado». Y cree acertado que se espere a efectuar la reparación cuando no haya alumnado.
Sobre que no se abriera la puerta al técnico ante una posible emergencia, considera que sería un momento de «ajetreo» ya que «siempre nos falta también personal de conserjería para el colegio tan grande».
Considera que no ha habido un ataque en el comunicado que la dirección ha enviado a las familias. «Simplemente nos informaban igual que nos informaron en enero». El día 7 de ese mes el centro también llamó al 112 para alertar de olor a gas. En ese momento acudieron los bomberos y la policía y se descartó una fuga. Un técnico ajustó un rácor de la caldera que estaba flojo.


