Los Repair Café son lugares de libre acceso donde todo gira en torno a reparar objetos de forma conjunta. Un grupo de voluntarios con conocimientos, herramientas y habilidades ayudan a quien acuda con aparatos eléctricos, pequeños electrodomésticos o juguetes a repararlos, evitando que muchos acaben en la basura, lo que reduce el consumo y prolonga la vida útil de las cosas.
Esta es la esencia de los Repair Café, un movimiento que nació en Amsterdam en el año 2007, impulsado por Martine Postma, que se ha extendido por muchos “países, ciudades e incluso pueblos del norte de Europa y en algunas ciudades de España”, explica su impulsor en la ciudad y miembro de la Asociación MakerALC, Daniel Pérez. Gracias a él ya están también en Alicante.
Los primeros encuentros arrancaron en octubre en Fahrenheit451Café i Llibres, donde los viernes les ceden una mesa para los arreglos, y desde hace mes y medio se celebran también en el espacio maker del Centro Cultural Las Cigarreras, ideal por la cantidad de herramientas que tiene. En este caso, los martes cada quince días, y con inscripción previa al mail de la asociación.
Participación
Daniel Pérez explica que inicialmente buscó la existencia de un Repair Café como usuario y que al no encontrarlo decidió convertirse en organizador. Hasta la fecha han participado en estas reuniones “unas 40 personas” y el perfil es de “más mujeres que hombres” que habitualmente traen aparatos como secadores, tostadoras, calefactores o similares “con averías fáciles de arreglar”, explica. Las edades son variadas con usuarios a partir de los diez años.
Para participar en estos encuentros no es necesario pertenecer a la asociación maker. Solo hay que presentarse con el aparato averiado. En caso de que necesite algún repuesto “lo puede traer en la siguiente sesión o lo puede traer otra persona si lo tiene”, explica Daniel Pérez.
Isabel Gascón ha participado en varios encuentros trayendo una maleta de cabina y una sandwichera. “La maleta tiene sus años, pero estaba perfecta y descubrimos al desmontarla que se le había roto una pieza de plástico”, explica. El arreglo pasa por pegarla y reforzarla, o en última instancia “hacer una pieza idéntica con una impresora 3D”. Otros usuarios se afanaban ayer en el arreglo de una parrilla eléctrica, un secador de pelo, unos pedales de guitarra o un pez que canta y baila.
La red
Bajo el paraguas de la Fundación Repair Café International la apertura de un Repair Café es sencilla. Por una contribución voluntaria única que tiene un precio indicativo de 49 euros te proporciona un kit de inicio y apoyo, a cambio de cumplir una serie de premisas.
La primera es que se trata de un trabajo voluntario y no con fines comerciales y que el lugar es un sitio de encuentro en la vecindad donde todo gira en torno a juntarse para reparar cosas, transmitir conocimientos y fomentar el contacto social. También es obligado que la reparación del objeto se produzca durante el Repair Café en presencia del propietario, y en la medida de lo posible, contando con su ayuda.
